El día de ayer acudió a comparecer en el juicio de Generado García Luna, ex secretario de Seguridad Pública (2006-2012), en Nueva York el narcotraficante Tirso Martínez, alias “El Futbolista” o “El Mecánico”, un integrante del Cártel de Sinaloa que nunca tuvo contacto ni conoció al secretario, además el juez encargado del caso, Brian Cogan, desechó su testimonio por ser catalogado como un rumor.
Sin embargo, su declaración e historia es una radiografía de cómo opera el narcotráfico en el país. “El Futbolista”, considerado por muchos, como un narcotraficante más, narró que en su época de apogeo llegó a comprar cuatro equipos de fútbol, un avión privado, caballos finos y superdeportivos. Contó como transportaba droga en compartimentos secretos, cómo ocultaba millones de dólares y cómo comparaba, a través de sobornos, a jefes de la policía.
Inicios
El testigo narró que nació en una familia pobre de Guadalajara, estudió hasta la secundaria y cuando cumplió 18 años migró a Los Ángeles, Estados Unidos, donde trabajó en distintos restaurantes, para después vender cocaína y marihuana. Añadió que por esos años pasó más de 100 veces la frontera de Estados Unidos y México sin papales. Esto permitió que fuera escalando posiciones en el cártel.
Trenes, aceite y cocaína
Señaló que en los años noventa, los líderes del Cártel de Sinaloa, es decir, Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada y Arturo Beltrán Leyva, decidieron transportar droga en trenes que salían de México hasta ciudades de Estados Unidos como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, “El Mecánico” fue encargado de esta ruta.
Narró que la primera vez que conoció a “El Chapo”, lo recogieron en una cafetería, lo subieron a un coche, le taparon la cabeza y lo llevaron a una cabaña. Señaló que Guzmán Loera estaba muy entusiasmado por conocerle.
Me preguntó en cuántos carros de tren estábamos metiendo droga y le dije que eran como 30, 40 o 50, pero era mentira, no eran tantos”, detalló Tirso Martínez.
Señaló que cuando le encargaron la ruta, abrió distintas empresas de aceite como fachada, así miles de botellas salían en tren de Nueva York y regresaban de Ciudad de México repletas de cocaína. La mercancía se ocultaba en un fondo falso de un vagón de carga, señaló que este compartimento se soldaba. Agregó que la droga se etiquetaba con cintas de colores, para que así el comprador supiera cuál era la de “El Mayo” y la de “El Chapo”.
Señaló que tenía varios trucos para pasar la mercancía, como llenar el piso de aceite para los agentes aduaneros tuvieran miedo de resbalarse. Agregó que las bodegas en las que se guardaba la mercancía tenían rieles que se conectaban a la vía de las estaciones principales y cuando llegaba el producto eran transportadas a otra bodega para evitar sospechas.
No me la iban a descubrir tan fácil”, agregó Tirso Martínez.
El testigo narró que entre 2000 y 2003 ganó alrededor de 35 millones de dólares. Este dinero lo invirtió pata poder mover droga a través de lanchas rápidas, agregó que en poco tiempo logró ganar una cantidad similar. Señaló que gran parte de su dinero lo gastó en equipos de fútbol, peleas de gallos, fiestas, mujeres, el avión, autos y propiedades. Agregó que tan solo en las peleas de gallos, llegó a apostar más 2 millones de dólares.
Señaló que era tanto el dinero que llegó tener, que lo tuvo que esconder en las paredes, retretes, muebles de sus casas y en sus coches. Aunque, detalló que “quizá lo que yo ganaba era un 5% de lo que ganaban los jefes”.
Agregó que también era mucho el dinero que se entregaba en sobornos, pues detalló que siempre que movía mercancía a León, un policía lo detenía, por lo que cansado le preguntó cuánto dinero quería y el oficial le respondió que 25 mil dólares. Añadió que la cantidad variaba dependiendo de los “favores”. Señaló que a otro policía, éste de Guadalajara, apodado “El Jaguarcito” le entregaba 100 mil dólares.
Pese a todo, Martínez tenía miedo que lo atraparan, sobre todo cuando le pidieron que pasara 14 toneladas de cocaína a Estados Unidos. “¿Qué tan cierto es que
“El Mayo” tiene todo arreglado con las autoridades?”, le preguntó a Juan José Álvarez Tostado, otro narcotraficante, a lo que le respondió “compadre, tiene arreglos con todos: los federales, judiciales, tránsitos…”. Después, Vicente Carillo, alto mando del cártel, le dijo:
Mecánico, no sea miedoso. Pocos cabrones tienen los arreglos que él tiene”, aseguró Vicente Carrillo.
Señaló que aún así no fue un trabajo fácil, pues le decomisaron dos toneladas en Brooklyn, Nueva York, pero Varillo le dijo que no se desanimara. El segundo fue en Chicago y ahí le dijeron que tal vez “El Chapo” se enojaría. El tercero también fue en Nueva York, esta vez en Queens. A lo que Vicente Carrillo le dijo:
¿Qué chingados está pasando, Mecánico? A ver qué me dice mi padrino “El Mayo”, recordó Triso Martínez.
Añadió que, en una ocasión, un trabajador le robó un millón de dólares, por lo que le dio avisó a los jefes del cártel, pensando que lo iban a golpear y recuperar el dinero, pero en realidad lo asesinaron. Señaló que esta misma suerte corrió su cuñado, pues también perdió un cargamento importante de cocaína.
Pero, sí, me siento culpable de ello”, detalló el testigo.
Cuando el fiscal asiste Philip Pilmar le preguntó si se benefició de esta violencia, Tirso Martínez respondió que sí, “la gente sabía que era de ese cártel me respetaba y no se metía conmigo”.
Captura y extradición
Contó que en 2024 fue arrestado, pues el gobierno de Estados Unidos puso un precio 5 millones de dólares por su captura. Cuando lo detuvieron, intentó sobornar al policía federal encargado de la operación, pero el oficial le dijo que no podía soltarlo. “No puedo aceptar esta vez, la DEA está involucrada.”
En 2015 fue extraditado a Nueva York juzgado por la misma corte de “El Chapo” y García Luna. Se le imputaron cargos por tráfico de cocaína y esperaba un castigo mínimo de 10 años en la cárcel o cadena perpetua. Después de pasar siete años en la cárcel, cooperó que las autoridades de Estados Unidos, declaró en contra de Joaquín Guzmán Loera, esto le permitió que en 2021 fuera un hombre libre. Añadió que decidió participar en el juicio contra Gracia Luna para que le concedan la estancia legal en Estados Unidos.
Señaló que todavía es dueño de varias propiedades en Estadios Unidos, un hecho que ocultó a las autoridades puyes tiene la intención de recuperarlas.
Para ratificar todo lo que había dicho, subió al estadero el policía Ernet Cain, policía retirado que decomisó las bolsas de cocaína en Chicago. Jamal Hormedo presentó una caja de evidencias con los paquetes de cocaína.