A través de un operativo policial internacional entre Francia, Colombia y España lograron desmantelar una red de proxenetismo que operaba en Francia. Hasta el momento hay 12 detenidos.
Una pareja, un colombiano y una venezolana, se dedicaban a buscar mujeres en Colombia que estuvieran interesadas en abandonar su país para buscar una mejor vida en Europa. Las víctimas tenían entre 20 y 40 años, principalmente eran colombianas, aunque también hubo venezolanas y paraguayas y peruanas.
De acuerdo con Elvire Arrighi, jefa de la Oficina Central para la Represión de la Trata de Seres Humanos de Francia (OCRTEH), esta red de trata de personas llegó a explotar a más de cien mujeres exigiéndoles más de diez servicios por día. Dicha organización generaba alrededor de cinco hasta 30 millones de euros al año.
Los reportes policiales confirmaron que arrestaron en Colombia a la pareja que orquestaba todo, así como a seis personas más; en España detuvieron a dos hombres y en Francia a dos mujeres, presuntamente españolas o colombianas, pero todavía no está confirmado. La operación se dio de manera simultánea, por lo que las detenciones fueron a las seis de la mañana en Francia y España y en la madrugada de Columbia.
La red de prostitución operaba en toda Francia, pues Elvire Arrighi detalló que tenían operaciones en la región de París, en las zonas orientales de Saint-Louis o Annemasse, las de la costa Atlántica, en el occidente del país.
El grupo criminal operaba a través de un “centro de llamadas”, instados en España, en el cual los clientes solicitaban los servicios a través de un número publicado en Internet. Luego de la visita, las mujeres tenían que reportan por mensaje cuánto habían recaudado.
Las mujeres no podían escoger su horario, debían dedicarse a sus clientes y personas de la red se ocupaban de alimentación, transporte y seguridad.
La policía francesa precisó que las mujeres ganaban una cantidad de dinero que difícilmente podían conseguir en Latinoamérica, por lo que la necesidad de mandar un apoyo económico a sus familias contribuyó a que las mujeres no hayan denunciado a sus explotadores. Se especula que la red operaba con aproximadamente 50 mujeres.