La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha decidido respaldar el uso de las vacunas de Pfizer y Moderna para proteger contra el COVID-19 a los niños de entre seis meses y cuatro años, aunque se ha recalcado que las dosis son mucho más pequeñas que las que se recomienda en adultos.
Por su parte, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CMH) expresó que las vacunas pueden considerarse como “seguras y muy eficaces”; para el caso de Pfizer, se recomienda en niños de aproximadamente cuatro años y en cuanto al biológico de Moderna, se aconseja su uso en niños de seis meses en adelante.
En cuanto a la administración de las dosis, se ha dado a conocer que para Pfizer se aplicará como vacunación primaria en tres dosis de tres microgramos cada una, teniendo tres semanas de diferencia entre cada dosis.
Mientras, para Moderna se administrará en dos dosis de 25 microgramos cada una, con cuatro semanas de diferencia entre una y otra.
Entre los efectos secundarios más comunes detectados en ambas vacunas, se encuentran la irritabilidad, somnolencia, pérdida de apetito y un poco de dolor en el lugar donde se aplicó la inyección, lo cual mejora pocos días después.
Si bien los estudios ya han sido comprobados, será la misma Comisión Europea la que tome la última decisión sobre la ampliación de la licencia de uso para estos nuevos grupos de edad.