La ONU advirtió hoy de que hacen falta 405 millones de dólares para atender en 2015 a 3,8 de los 7,4 millones de afganos contemplados en el plan de respuesta del organismo para dar asistencia a quienes sufren de forma más severa las consecuencias de la guerra y los desastres naturales en el país.
Esta cantidad contribuiría “a salvar vidas de víctimas civiles del conflicto con ayuda sanitaria de emergencia, que es uno de los elementos clave”, dijo en rueda de prensa en Kabul el coordinador humanitario de la ONU en Afganistán, Mark Bowden.
El Plan de Respuesta Humanitaria de Naciones Unidas para Afganistán prevé en 2015 atender a 3,8 millones de personas de los 7,4 millones que se encuentran en situación crítica víctimas de la violencia, las catástrofes naturales y las carencias sanitarias y alimentarias.
El programa incluye a los desplazados internos y a los procedentes de la vecina región paquistaní de Waziristán, donde el Ejército inició en junio una ofensiva contra los insurgentes.
Bowden aseguró que más de 100.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares este año en Afganistán por la violencia, que hasta septiembre acumula “7.965 víctimas civiles” en un país que necesita alimentos, servicios sanitarios y agua potable especialmente en las zonas más inseguras, deprimidas y remotas.
Abdulá Abdulá, jefe de Gobierno de Afganistán, cargo creado a partir de la crisis postelectoral que empezó en mayo, abogó por que el propio Ejecutivo afgano, la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias aborden cómo mejorar la transparencia y eficiencia en la ayuda.
“Una coordinación mejor y a mayor plazo puede ayudarnos a sacar a la gente de la pobreza y la vulnerabilidad ante desastres naturales”, añadió en la rueda de prensa conjunta.
Abdulá exigió a los insurgentes que permitan que la ayuda prevista en este plan de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UN-OCAH) llegue a las zonas bajo su control.
Afganistán atraviesa una de sus etapas más violentas después de que el año pasado las fuerzas afganas se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la misión de la OTAN, la ISAF, que culminará a finales de 2014.
No obstante, la OTAN ha anunciado que mantendrá en el país unos 2.700 militares a partir de 2015, mientras que Estados Unidos desplegará sobre el terreno alrededor de 9.800 soldados hasta el 2024.
En mayo, más de 2.000 personas murieron en un corrimiento de tierras en el noreste del país.
