Este martes santo, la Catedral de Puebla fue sede de la tradicional Misa Crismal, presidida por el arzobispo monseñor Víctor Sánchez Espinosa, quien bendijo los Santos Óleos y consagró el Santo Crisma, elementos que sirven para administrar los sacramentos, a lo largo del año, y que serán distribuidos en las 364 parroquias y rectorías de la arquidiócesis.
El arzobispo recibió la renovación de las promesas sacerdotales por parte del clero poblano, el cual cuenta con más de 450 sacerdotes diocesanos y más de 170 sacerdotes religiosos.
Los Santos Óleos bendecidos fueron: el Óleo de los Catecúmenos, utilizado en la preparación al bautismo; el Óleo de los Enfermos, usado para ungir a los que padecen alguna enfermedad grave, a los que van a someterse a alguna intervención quirúrgica, o se encuentran en peligro de morir; y el Santo Crisma, el cual se usa para administrar los sacramentos de bautismo, confirmación y ordenación sacerdotal, así como para la consagración de altares y templos.
Nombramiento de nuevos canónigos
Durante la celebración litúrgica, monseñor Sánchez Espinosa anunció el nombramiento de cuatro nuevos canónigos que se integrarán al cabildo de la Catedral de Puebla.
El cabildo es un colegio de sacerdotes que se encarga de las funciones litúrgicas más solemnes en una iglesia.
Los nuevos canónigos son:
- P. Pedro Alejandro Medina Hernández, rector de varios templos del Centro Histórico y superior de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri
- licenciado Carlos Gasca Castillo, párroco de María Reina en la Colonia San Manuel y vicecanciller de la Curia Arzobispal
- licenciado Oscar Manuel Mendoza Yacotú, párroco de San Felipe de Jesús y vicario judicial adjunto del Tribunal Eclesiástico Metropolitano
- maestro Francisco Manuel Aguilar Ortega, rector del templo de Santa Rosa de Lima y secretario general del Pontificio Seminario Mayor Palafoxiano
El canónigo es un sacerdote distinguido por su doctrina e integridad de vida, y su obligación es recitar el oficio divino y participar en las Misas conventuales de la Catedral, a menos que esté legítimamente dispensado.