Desde la madrugada de este lunes, más de 200 trabajadores del Ingenio Calipam, ubicado en el municipio de Coxcatlán, Puebla, iniciaron una huelga en exigencia del pago de salarios y prestaciones atrasadas que ascienden a alrededor de 2.5 millones de pesos.
Las banderas rojinegras fueron colocadas por los trabajadores en la entrada principal de la planta azucarera, marcando el inicio de un paro laboral que pone en riesgo la zafra 2024-2025.
El representante sindical, Narciso Cacho Rodríguez, señaló que el adeudo corresponde a salarios pendientes, mientras que prestaciones como aguinaldos, vacaciones y bonos siguen sin cubrirse desde hace meses.
Actualmente, 133 trabajadores de planta permanente se encuentran en huelga, y se espera que se sumen trabajadores temporales, alcanzando un total aproximado de 280 manifestantes.
A esta problemática se suma un adeudo de 75 millones de pesos que el ingenio mantiene con los productores de caña adheridos a la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Este impago ha llevado a los cañeros a negociar la entrega de su producto con otros ingenios de Puebla y Veracruz, dejando fuera al de Calipam para la próxima zafra.
Riesgo para la producción azucarera 2024-2025
La falta de pagos también compromete las operaciones del ingenio, ya que sin materia prima ni trabajadores, el arranque de la molienda de fin de año queda en suspenso. Esto afectaría la producción de azúcar, generando un impacto significativo en la economía local y en los mercados que dependen de este producto.
Los trabajadores y productores han solicitado la intervención del gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, y del presidente municipal de Coxcatlán para mediar en el conflicto con el propietario del ingenio, Francisco García González.
Hasta el momento, no ha habido respuesta por parte de la empresa ni se ha enviado a representantes legales para entablar un diálogo, lo que ha incrementado la tensión en la región.
Por ahora, los trabajadores descartan realizar cierres de carreteras u otras acciones, pero advirtieron que, si no reciben atención, podrían recurrir a medidas más drásticas para presionar el cumplimiento de sus demandas.