Ruth Handler y su esposo Elliot fundaron la compañía de juguetes Mattel en un taller de su garaje en el sur de California en 1945.
Ruth creó la muñeca Barbie, que se lanzó en 1959, cinco años antes de su muerte en 2002, Ruth habló con el medio BBC Witness History en 1997 en compañía de su hija Bárbara sobre los pormenores de la icónica muñeca.
El 9 de marzo de 1959, Handler llevó a Barbie a la Feria del Juguete en Nueva York, donde a la mitad de sus clientes no les gustó, pues llegaron a pensar que las mujeres no comprarían una muñeca de apariencia adulta y sexual.
Los hombres pensaron que sus esposas no las querrían y que no era apropiada para menores; sin embargo las mujeres quedaron enganchadas con la muñeca. Tan pronto se pusieron en los estantes, las arrebataron para comprarlas.
La idea llegó a Handler debido a que su hija Barbie solía jugar con muñecas de papel. Y durante años le fascinaba la manera en que jugaba y se proyectaba a sí misma.
Ante esto, Ruth trató de expresarle esta idea a Elliot y a los otros diseñadores de Mattel, pero no conseguía una reacción favorable de ninguno.
Sin embargo, Handler tuvo una epifanía cuando estuvo de vacaciones con su familia en Suiza, luego de pasar frente a una tienda de juguetes y en la vitrina había un hermoso arreglo de una muñeca con figura adulta de unos 30 cm de alta, sentada en un columpio de cuerdas, vestida en un atuendo de esquí muy europeo.
Había otras seis o siete muñecas con diferentes tipos de atuendos europeos de esquí, con lo que quedó maravillada.
La muñeca se llamaba Lilli, era alemana y estaba basada en un tira cómica publicada en un diario nacional, se promovía tanto para el mercado infantil como el adulto.
Barbara, la hija de Handler tenía 18 años cuando se lanzó la muñeca, Barbara odiaba que la conocieran como la inspiración de la muñeca. Le molestaba pues la gente se acercaba a pedirle un autógrafo.
Su hija declaró, “cuando llegaban y me decían ‘Oh, tú eres la Barbie verdadera’, no podía entenderlo porque ese fue simplemente el nombre que le dieron a la muñeca, pero muchos creían que yo había sido la modelo y que se parecía a mí y que se suponía que yo era ella. Pero eso no es verdad”.
A pesar de las críticas de algunas feministas sobre la visión caricaturesca de mujer que representaba Barbie, Handler era una motivada mujer profesional y su único objetivo fue no intimidar a las niñas con la belleza de Barbie.