Elena Larrea se ha dedicado al cuidado y protección de caballos y ponis desde 2017, por lo que fundó un santuario para equinos llamado Cuacolandia.
El santuario de 50 hectáreas se ha convertido en referente de salvación, amor y cuidados, está ubicado en la zona de Quintas Ecuestres en Haras Ciudad Ecológica, Puebla.
Foto: Captura de pantalla / Instagram / cuacolandia
Actualmente, en Cuacolandia viven cerca de 60 equinos, los gastos en curaciones, tratamientos, dientes (mínimo una vez cada seis meses), veterinarios, forrajes, gano, recorte de nuestros cascos, desparasitación (cada seis meses) y agua, son muy grandes y sumamente necesarios. Sin olvidar su respectiva ración de alfalfa, avena, grano, aceites y suplementos.
El refugio ha rehabilitado a más de 200 equinos rescatados de diferentes situaciones de explotación laboral, asimsimo es el hogar de 42 caballos decomisados que eran utilizados en el arrastre de calandrias en Acapulco.
Foto: Captura de pantalla / Instagram / cuacolandia
Elena Larrea tiene contacto con los equinos desde que tiene uso de razón, su familia era dueña de cuadras de caballos y a los 13 años fue campeona nacional y adiestramiento.
Tres años atrás, comenzó a colaborar con Tony Camil, del Santuario El Camino, en el desarrollo de este proyecto. Pero fue hasta el año pasado cuando el refugio comenzó a recibir animales.
Cuacolandia trabaja en conjunto con la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) en la atención a caballos rescatados de maltrato en municipios, como La Paz, Ecatepec, Coacalco, entre otros. Los animales rescatados por la Propaem son canalizados a Cuacolandia.
Foto: Captura de pantalla / Instagram / cuacolandia
La crisis económica que trajo la pandemia puso en riesgo la sobrevivencia de Cuacolandia, así que decidió financiarlo a partir de una cuenta de contenido para adultos en OnlyFans, pues la impoprtancia del lugar en palabras de Larrea es:
“Cuacolandia existe con el propósito de ser un lugar donde los caballos pueden llegar para estar tranquilos, lejos de la crueldad humana, donde se jubilan de una vida de maltrato y explotación a la que han sido obligados”.
