La eterna lucha entre el bien y el mal es reflejada en “El exorcismo de Dios”, la nueva película de Alejandro Hidalgo estrenada este fin de semana en las pantallas mexicanas.
Protagonizada por Will Beinbrink y la actriz mexicana Irán Castillo, la historia plantea una crítica a la iglesia católica, que es capaz de ocultar un acto de abuso sexual con el propósito de no perder la devoción de sus seguidores.
Del mismo modo, “El exorcismo de Dios” busca retratar los sentimientos universales de culpa y redención que padecen los seres humanos, esto en medio de diversos guiños a la película emblemática del subgénero de posesiones demoníacas, “El exorcista”.
En términos generales, el filme logra mantener la atención de la audiencia de principio a fin, sin embargo, recurre a algunos lugares comunes para ello, que no le aportan originalidad a la historia.
Sumado a lo anterior, los apuntes eróticos de la trama generan cierta confusión en el tratamiento, ya que no queda claro si es humor involuntario o secuencias cómicas planeadas así para hacer reír a los espectadores.
Por último, los efectos digitales no son del todo logrados ya que en algunas secuencias se sienten falsos o fallidos, en especial, aquella escena en que se ve una figura de Jesucristo caminando sobre las paredes.
“El exorcismo de Dios” puede verse en distintos complejos de Puebla; se trata del segundo largometraje del director venezolano Alejandro Hidalgo, quien tenía ocho años de no orquestar una nueva cinta.