El infierno ardió como nunca. Toluca es bicampeón del fútbol mexicano tras protagonizar una de las finales más emocionantes en la historia reciente de la Liga MX, al vencer a Tigres en una dramática tanda de penales (9-8) luego de empatar 2-2 en el marcador global en la Final del Apertura 2025.
Ante más de 27 mil aficionados en un Nemesio Diez encendido desde antes del silbatazo inicial, los Diablos Rojos tuvieron que remar contracorriente. Tigres pegó primero y silenció momentáneamente al “Infierno” cuando un tiro libre de André-Pierre Gignac, desviado por Fernando Gorriarán, terminó en el fondo de la red al minuto 14, ampliando la ventaja felina en el global.
Toluca dominó la posesión, pero la desesperación comenzaba a asomarse hasta que apareció un toque de genialidad. Al minuto 40, Helinho encendió la esperanza con un golazo de zurda, colocado al poste, que devolvió la vida a los escarlatas y a su afición.
El impulso continuó en el complemento. Apenas iniciado el segundo tiempo, el propio Helinho volvió a ser determinante con un centro preciso que Paulinho, tricampeón de goleo, empujó con sutileza para darle la vuelta al partido e igualar el global 2-2 al minuto 51. La Bombonera se volvió, en ese momento, en un verdadero infierno de algarabía e ilusión.
El cierre fue de nervios, tensión y entrega total. Alexis Vega, quien reapareció tras lesión, ingresó entre ovaciones y se convirtió en el símbolo de la fe escarlata. Ni en el tiempo reglamentario ni en los tiempos extra hubo un ganador, pese a las oportunidades y a las bajas por lesión que sufrió Toluca, incluida la de Paulinho.
La final se definió desde el manchón penal en una muerte súbita cardiaca. Porteros, defensas y delanteros desfilaron bajo una presión insoportable. Fallos, atajadas y goles mantuvieron el suspenso hasta que Alexis Vega cobró con temple el penal definitivo, desatando la locura roja.
Con este triunfo, Toluca alcanzó su título número 12 en el fútbol mexicano, empató a Chivas como el segundo club más ganador en la historia y se convirtió en el quinto bicampeón de los torneos cortos, bajo la dirección de Antonio “Turco” Mohamed.
El cielo volvió a pintarse de rojo. Toluca defendió su corona, escribió una página dorada y confirmó, entre lágrimas, gritos y abrazos, que su grandeza ya es eterna.




