En un anuncio que pone fin a semanas de especulaciones, la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) ratificó a Rafael Márquez como el próximo director técnico de la Selección Mexicana, asumiendo el cargo inmediatamente después de la Copa Mundial de la FIFA 2026.
El “Káiser de Michoacán”, actual auxiliar de Javier Aguirre, liderará al Tricolor en el ciclo rumbo al Mundial de 2030, consolidando un proyecto de continuidad que prioriza la experiencia interna sobre opciones externas.
Ivar Sisniega, presidente ejecutivo de la FMF, fue quien levantó la mano durante una conferencia de prensa en la Asamblea de Dueños de la Liga MX, donde desmintió categóricamente los rumores que apuntaban a Antonio Mohamed, actual timonel de Toluca y finalista del Apertura 2025, como posible sucesor de Aguirre.
“El tema de Rafa Márquez tiene contrato en donde él termina su empleo como asistente de Javier Aguirre después de la Copa del Mundo y se integra como el entrenador principal de la selección”, enfatizó Sisniega, quien ya ha sostenido reuniones con Márquez y Duilio Davino, presidente de la FMF, para armar el cuerpo técnico que lo acompañará en esta nueva etapa.
La decisión, que se gestó desde la llegada de Márquez al banquillo tricolor en agosto de 2024, representa un voto de confianza al legado del exdefensor, considerado uno de los mejores jugadores mexicanos de la historia junto a Hugo Sánchez. Con cinco participaciones mundialistas, un título de la Copa Confederaciones 1999 y dos Copas Oro, Márquez portó el gafete de capitán durante años, ganándose el respeto de afición y pares. Sin embargo, su designación no está exenta de críticas: exdirectivos como Néstor de la Torre han cuestionado su limitada experiencia como entrenador principal, recordando que su paso por el Barcelona Atlètic (cuarta división española) fue su reto más reciente antes de unirse a Aguirre.
“Ya he tenido reuniones con él para explorar su cuerpo técnico y con quién va a trabajar. Es un plan que está en marcha”, añadió Sisniega, subrayando que el contrato de Márquez incluye esta transición automática, independientemente de los resultados en el Mundial 2026, donde México será coanfitrión junto a Estados Unidos y Canadá.
Aguirre, por su parte, culminará su segundo ciclo al frente del Tri con este torneo, dejando un legado marcado por su regreso en 2024 y la preparación para la justa que podría ser histórica para el fútbol azteca.
En su presentación como auxiliar hace más de un año, el propio Márquez no ocultó sus ambiciones.
“Aprender del Vasco me ayudará a cumplir dos sueños: ser entrenador de la Selección y, en el futuro, del Barcelona”.
Hoy, el primero de esos sueños está a un Mundial de distancia. Mientras tanto, el foco del equipo se mantiene en la preparación para 2026, con amistosos y eliminatorias que pondrán a prueba la dupla Aguirre-Márquez antes de la gran transición.
La noticia ha generado reacciones mixtas en redes y medios, con aficionados celebrando la apuesta por un ícono nacional, pero también voces que claman por un perfil con más rodaje en banquillos de élite. Lo cierto es que la FMF apuesta por la estabilidad en un momento clave, con el objetivo de romper la sequía de octavos de final en Copas del Mundo que azota al Tri desde 1986.
Con este movimiento, México mira al horizonte 2030 con optimismo renovado.




