El partido entre Mazatlán y Chivas en el Estadio El Encanto terminó en un empate 1-1, pero no sin una dosis de polémica en los minutos finales. El encuentro se complicó para el Rebaño Sagrado con las expulsiones de Gabriel Rey al 82’ y Raúl Rangel al 90’, ambas por doble amonestación, lo que dejó al equipo en una posición comprometida.
A pesar de las decisiones arbitrales, el técnico rojiblanco Gerardo Espinoza evitó responsabilizar al silbante Fernando Hernández Gómez y reconoció que fue su equipo quien propició la situación:
“Teníamos un juego muy controlado, no sentíamos que el rival estuviera generando peligro. Fallamos oportunidades arriba y luego, solos, empezamos a entorpecer la situación”, señaló en conferencia de prensa.
El empate llegó tras un penal a favor de Mazatlán cobrado por Luis Amarilla, quien logró marcar el gol ante un improvisado portero: el mediocampista Erick Gutiérrez, quien tuvo que ocupar el arco tras la expulsión de Rangel.
Este resultado deja sensaciones encontradas en Chivas, que mostró buen manejo del juego, pero terminó cediendo puntos por errores propios. La autocrítica de su entrenador parece marcar el camino a seguir: corregir antes de que sea demasiado tarde.