A través de un comunicado, Julián López “El Juli” anunció su adiós a los ruedos tras 25 años como una de las máximas figuras del toreo. El torero español expresó la “decisión de dejar de torear indefinidamente cuando acabe esta temporada” taurina.
“En esta etapa longeva e intensa ha habido de todo, aciertos, errores, triunfos, fracasos, cornadas… pero después de vivirlo todo, queda en mí un fondo de satisfacción y agradecimiento a la vida por sentirme grande en una profesión tan dura y difícil”, indicó.
“Esta noticia no es una retirada, es el final de una etapa que por cierto ha sido maravillosa. Sobre el futuro solo el tiempo dirá”, expuso.
A punto de cumplir 41 años de edad, “El Juli” tendrá su última corrida el 1 de octubre en la feria de San Miguel de Sevilla con toros de Garcigrande, en un cartel que compartirá con Morante de la Puebla y Daniel Luque.
“El toreo ha sido, es y será la inspiración y el motor de mi vida y doy este paso con la más absoluta felicidad por haber cumplido todos mis sueños, incluso más de lo que podía imaginar”, afirmó.
“Tras este fin de etapa, el torero espera empezar otra en la que confía vivir muchas cosas que debido a su entrega a la profesión no ha podido disfrutar, como pasar más tiempo con la familia, gozar de sus aficiones “y ver la vida desde otra perspectiva, sin la presión de mi situación, mi nombre o mi responsabilidad”, concluyó.
“El Juli” se inició en el toreo a mediados de los años 90, como alumno aventajado de la Escuela Taurina de Madrid, un niño prodigio vestido de luces que asombró desde el primer momento por su amplio conocimiento de la lidia, lo que le llevó a debutar con picadores con apenas 13 años de edad.
Luego de sufrir una gravísima cornada en la feria de abril de Sevilla de 2013, el toreo del español fue bajando en regularidad e intensidad, aunque ha seguido manteniendo sus posiciones de privilegio y su puesto en los carteles estelares de las principales ferias de España, Francia y América.
Asimismo, “El Juli” reparte su gratitud a su familia “vital por su apoyo incondicional”, a los profesionales de su cuadrilla, a sus distintos apoderados, a los ganaderos, a la prensa, a los médicos -que le han atendido hasta en 18 ocasiones-, a sus compañeros y, sobre todo, “al público”, que le “ha sabido esperar, apoyar e incluso exigirme”, y al toro “el animal al que amo con todas mis fuerzas y que ha sido lo más honesto y verdadero que me he cruzado en el camino”.