El mundo del arte está de luto tras el fallecimiento de la reconocida pintora Silvia H. González, quien dejó un legado invaluable en la plástica mexicana. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México confirmó su deceso el martes 29 de enero, a través del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero y el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos.
Un legado pictórico excepcional
Nacida en Milán, Italia, y naturalizada mexicana, Silvia H. González construyó una carrera artística sólida, caracterizada por su maestría en el manejo del color, la textura y el claroscuro. Su obra ha sido expuesta en importantes recintos culturales como el Museo de Bellas Artes, Casa Lamm y diversas galerías nacionales e internacionales, incluyendo Asia, Europa y Sudamérica.
Su talento fue reconocido con diversos premios, entre ellos el primer lugar en el VI Concurso Pictórico en Buenos Aires (1953), Mención Honorífica en la Primera Bienal Internacional de Pintura y Grabado de México (1959) y dos Menciones Honoríficas en el Salón de la Plástica Mexicana (1965 y 1975).
La inspiración ferroviaria en su arte
La obra de González estuvo marcada por su fascinación por los ferrocarriles, un tema recurrente en su producción pictórica. En 2002, presentó la exposición La Rielera en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, compuesta por 18 óleos sobre tela y 10 dibujos, mismos que en 2005 donó al recinto. Posteriormente, en 2017, el mismo museo albergó Trayectos, una muestra que recopiló 15 años de su trabajo, desde el realismo metafórico hasta la abstracción lírica.
Silvia H. González deja tras de sí un vasto legado artístico que seguirá inspirando a generaciones futuras, consolidándose como una figura esencial en la historia del arte en México.