Algo que debe tener preocupado al próximo gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, es que crecerá la inseguridad en todo el estado en lo que resta de este 2024 por la cantidad de robos, asaltos y ataques a la población civil que ocurren anualmente por el pago de prestaciones de fin de año.
El caso más claro ocurrió ayer en el estacionamiento de City Club, en pleno corazón del centro de Puebla, a unas calles de las oficinas de la Policía Turística y a pocos metros del nuevo Congreso, en donde hubo una balacera en un frustrado asalto a un cuentahabiente.
En ese fallido asalto murió un delincuente y dos escoltas de un cuentahabiente resultaron heridos, debido a que se escucharon más de 30 disparos en el estacionamiento.
Lo malo para Alejandro Armenta es que le tocará la parte más crítica de inseguridad, como ocurre cada fin de año, por el pago de prestaciones y una vez que asuma el cargo ya no estará en campaña, ni en la transición, y le tocará dar la cara a los poblanos sobre los hechos de inseguridad.
El gobernador electo de Puebla tuvo desde junio a diciembre para planear una buena estrategia de seguridad para enfrentar el difícil mes y sexenio que le tocará a partir del 14 de diciembre.
Se terminó el periodo de las promesas.
A partir del 14 de diciembre se necesitan resultados inmediatos en materia de seguridad.
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Por cierto, la designación de Fredy Erazo Juárez, exasesor de Alejandro Armenta; Daniel Iván Cruz Luna, secretario de Seguridad de Sergio Salomón Céspedes, y Ricardo Adrián Rodríguez Perdomo como nuevos magistrados del Tribunal Superior de Justicia obedece al pago de facturas políticas.
Eso es una mala señal.
Terrible, porque demuestra que con Morena nada cambiará.
Absolutamente nada.
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