Durante la persecución religiosa en México ocurrida de 1926 a 1929, José Sánchez del Río, vivió un chiquillo de 13 años, hijo menor de una de las familias pudientes y respetadas de su natal Sahuayo, pidió permiso a sus padres para enlistarse en el ejército cristero y luchar en defensa de su fe contra el ejército federal del presidente Calles. En un acto heroico durante una de las batallas fue capturado por haberle ofrecido su caballo a su general para salvarlo, y fue llevado a su pueblo para ser ejecutado por el cargo de alta traición a la patria. La paradoja de la historia es que la máxima autoridad del pueblo, el diputado Rafael Picazo, quien tenía que dar la orden de su ejecución … era el padrino de José.
Esta es una película muy buena que históricamente debemos conocer ya que habla de amor, perdón y traición, inspirada en hechos reales. Una historia que, sin importar el sexo o la edad, cautivará la atención del espectador desde el primer momento; una entretenida y conmovedora historia en tiempos de persecución, donde un joven defiende el amor a su familia y su fe a pesar de todo.
Este trabajo es posible gracias a MEDIAQUEST, un Estudio de Producción de Cine y Televisión, con más de 30 años de experiencia en la industria del Entretenimiento y la Publicidad, en países como Estados Unidos, México y España, que a través del sano entretenimiento busca con sus contenidos, dignificar al hombre y a la familia, aportando valores al mundo del entretenimiento.
Tuve la oportunidad de platicar esta pareja de cineastas quienes me compartieron un poco de lo que implica hacer una producción como esta.
Antonio Peláez es el director y fundador, estudió cinematografía en Los Ángeles y posteriormente incursionó en Hollywood como escritor, productor y director. Produce y dirige más de 260 horas de televisión en Sunset & Gower Studios, y escribe y dirige su primer largometraje, «Crystalstone», distribuido por Disney y ganador de siete premios internacionales a mejor película y mejor ópera prima: el Golden Award del Festival Internacional de Cine de Houston, el Golden Halo Award de California Motion Picture, el Golden Award a la Excelencia del Film Advisory Board, el Golden Award de Academy Family Films y el Golden Award del 20.º Festival de las Américas.
Junto con su esposa Laura, como productora ejecutiva, realizó “Xplorando”, una serie de televisión de trece programas de aventuras para Disney Channel, premiada por la UNESCO por su contenido y calidad de producción. En 2007, realizó “Cuando las cosas pasan”, una película escrita y dirigida por Antonio Peláez y nominada a tres Diosas de Plata. La película, distribuida por Gussi para Estados Unidos y Latinoamérica, y Urban Films, en el marco del Festival de San Sebastián, adquirió los derechos para Europa, África y el continente asiático.
“El objetivo principal es que esta película inspire a una nueva generación de jóvenes a conocer este joven ejemplo de fe, esperanza y amor y luego vivirlo”, dijo Laura Peláez, productora de Mirando al Cielo.
Por otra parte, Antonio indicó que en una producción como esta resaltan no sólo “la calidad de la producción, fotografía y demás aspectos técnicos”, así como “el poder de la película para transmitir un mensaje trascendente, que invita a la reflexión, que cuestiona, que saca a la audiencia de su zona de confort y la inspira a ser una mejor persona”.
“Mirando al Cielo” es una de las tantas historias maravillosas que existen en México. Una película que te hará reflexionar, reír y llorar, y te hará caminar a través de la luz y los misterios. Como cineasta, uno busca historias que valgan la pena ser contadas, vistas y escuchadas, y debo confesar que cuando escuché por primera vez la historia de este joven mexicano, no pude evitar pensar en cómo llevarla a la gran pantalla.
Hay historias que se ven, se oyen y se van, pero «Mirando al cielo» permanecerá en el corazón de la gente por mucho tiempo. Será una película que dará mucho de qué hablar y será muy difícil de olvidar.
José Sánchez del Río, el «niño cristero», fue torturado y asesinado el 10 de febrero de 1928.
Como a las 6 de la tarde cuenta la historia y documentos, lo sacaron del templo y lo llevaron al cuartel del Refugio. A las 11 de la noche llegó la hora suprema. Le desollaron los pies con un cuchillo, lo sacaron del mesón y lo hicieron caminar a golpes hasta el cementerio. Los soldados querían hacerlo apostatar a fuerza de crueldad, pero no lo lograron. Él caminaba con alegría, siempre agradecido y Mirando al Cielo como dice la película. Ya en el panteón, preguntó cuál era su sepultura, y con un rasgo admirable de heroísmo, se puso de pie al borde de la propia fosa, para evitar a los verdugos el trabajo de transportar su cuerpo. Acto seguido, los esbirros se abalanzaron sobre él y comenzaron a apuñalarlo. En medio del tormento, el capitán jefe de la escolta le preguntó, no por compasión, sino por crueldad, qué les mandaba decir a sus padres, a lo que respondió José: «Que nos veremos en el cielo”. Fue así cuando el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba, bañado en sangre.
Fue beatificado el 20 de noviembre de 2005 por el Papa Benedicto XVI y canonizado como santo, el 16 de octubre de 2016 por el Papa Francisco. El milagro que posibilitó su canonización fue la curación en 2008 de Ximena Guadalupe Magallón Gálvez, una bebé que en Sahuayo sufrió meningitis, tuberculosis y un infarto cerebral.
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