Como mencionaba en mi columna anterior, si no la leíste, échale ojito aquí. El turismo comunitario es un eje sobre el cual hay que trabajar para impulsar miles de comunidades en el país que tienen el potencial de atraer más turismo. Pero no turismo de masas, sino turismo inteligente basado en el cuidado del medio ambiente y que preserve la cultura local, usando sus mismas actividades y áreas ya existentes para mejorar su propia economía.
Es por ello que creo importante destacar el acuerdo que firmaron la semana pasada el gobernador Alejandro Armenta y la secretaria de Turismo del Gobierno Federal, Josefina Rodríguez Zamora, el cual busca impulsar un desarrollo equitativo en el estado y dar a conocer su riqueza cultural, artística y turística.
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Un poco de contexto…
Durante la celebración del 23° Aniversario de la designación de Cuetzalan como Pueblo Mágico, el gobernador reafirmó que su gobierno mantiene una estrecha colaboración con la administración federal, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum. “Todo Puebla es mágico, lleno de cultura, arte y tradiciones”, afirmó.
La secretaria de Turismo del Gobierno Federal, Josefina Rodríguez Zamora, destacó que, con la firma del acuerdo, 63 municipios de todo el país serán parte de 13 áreas de turismo comunitario, incluyendo Puebla. De este modo, los tres niveles de gobierno trabajarán juntos para potenciar las ciudades con vocación turística.
Ventajas del turismo comunitario
Algunas ventajas del turismo comunitario son que los ingresos derivados del turismo comunitario se queden en la comunidad, pues los servicios y productos turísticos son proporcionados por los residentes locales. Esto crea un flujo económico que beneficia directamente a las personas de la comunidad.
Asimismo, fomenta la creación de empleos en áreas que tradicionalmente no cuentan con muchas oportunidades laborales, ofreciendo trabajo en actividades turísticas, pero también en áreas complementarias como la agricultura, la gastronomía, el transporte y la artesanía.
Motiva a las comunidades a mantener vivas sus tradiciones para compartirlas con los turistas, preservando las costumbres de un lugar y las lenguas locales. Lo que, a su vez, empodera a la comunidad que tiene control sobre cómo se organiza el turismo en su territorio, reforzando su sentido de identidad y orgullo por sus raíces. Esto fortalece la cohesión social y reduce la migración hacia las grandes ciudades, ya que las personas pueden encontrar oportunidades económicas y una mejor calidad de vida en sus propias comunidades.
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Sustentabilidad, infraestructura y turismo responsable
Por otro lado, si está bien gestionado, impulsa el respeto al entorno natural, pues las comunidades locales, al depender de los recursos naturales para su sustento, suelen ser más conscientes de la importancia de preservarlos, lo que reduce los impactos negativos del turismo masivo. Incluso, al promover el turismo en áreas naturales, como parques nacionales, montañas o selvas, se generan ingresos que pueden ser utilizados para la protección de los ecosistemas locales.
En el turismo comunitario, los beneficios económicos no se concentran en grandes empresas o corporaciones extranjeras, sino que se distribuyen entre todos los miembros de la comunidad. Esto ayuda a reducir las desigualdades y a promover una mayor justicia social en las zonas rurales y marginadas.
De igual forma, al recibir turistas, las comunidades a menudo mejoran su infraestructura local, como caminos, transporte, electricidad, acceso a agua potable, entre otros, lo que beneficia tanto a los residentes como a los turistas.
Y bueno, por todo lo anterior, este tipo de turismo promueve el turismo responsable, donde tanto los visitantes como los anfitriones son conscientes de la importancia de respetar las costumbres locales, el entorno natural y las prácticas sostenibles. También diversifica la oferta turística brindando experiencias más auténticas y personalizadas para los turistas.
En mi experiencia
Hemos tenido la oportunidad de vivir una ruta del mezcal en San Juan Tzicatlacoyan, Puebla, una ruta del mezcal pulquero en Yauhquemehcan, Tlaxcala, una ruta de las luciérnagas en Nanacamilpa, Tlaxcala, ecoturismo en Honey, Puebla, y diversas experiencias de turismo comunitario. En todas ellas, notamos una falta de apoyo económico y de promoción turística hacia las comunidades por parte del Gobierno de ambas entidades, incluso, las mismas marcas son quienes nos han contactado para la difusión de los proyectos. Es como si entre el Gobierno y los proyectos existiera un quiebre, que no se nota en los largos discursos de los funcionarios que presumen el crecimiento turístico de las localidades como suyo. Pero las comunidades se quejan de la falta de apoyo y de difusión. No basta con letreros que indiquen una “ruta del mezcal poblano” que no conducen a ningún lado, por ejemplo. Tampoco basta con invitar a los pobladores de dichas comunidades a sus ruedas de prensa para tomarse fotos con ellos. Esta labor es un trabajo en conjunto y esperamos los funcionarios actuales estén conscientes de que todo va más allá de un comunicado, de un post en redes o de solo estar posando. Es cuestión de estrategias y de estar en constante comunicación con las comunidades, pero sobre todo, de apoyo económico con su debido seguimiento. Ojo ahí.
Comenta aquí abajo qué comunidades en Puebla crees que merecen un impulso turístico y podrían tener grandes proyectos de turismo comunitario.
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