Dicen los que saben que reza un dicho popular: “detrás de cada hombre hay una gran mujer”, y en la política y el servicio público este enunciado cobra un significado especial cuando se trata de figuras como la presidenta del Sistema Estatal DIF.
Y es que el día de ayer rindió protesta Ceci Arellano como presidenta honoraria del DIF estatal con un mensaje claro, llevar esperanza a cada rincón del estado y fortalecer el núcleo más valioso de la sociedad: la familia.
De tal manera que la tarea que asumirá Ceci Arellano por delante será titánica.
No hay que olvidar que Puebla es un estado con contrastes profundos, donde la desigualdad sigue siendo un reto latente.
Dicen los que saben que para que el SEDIF realmente se convierta en ese puente de esperanza, será clave la implementación efectiva de programas que brinden resultados tangibles en la vida de las familias poblanas.
Y hay que destacar algunos puntos, como la construcción de cinco “Casas del Abue” en la capital; la edificación del Centro de Salud Emocional para niñas, niños y adolescentes; la conversión de los desayunos fríos a calientes, así como la certificación de Programa de Adopciones.
Vaya que Ceci Arellano ha marcado el inicio de una etapa que promete cambios en el ámbito del desarrollo social muy importantes.
Por ahora, queda el desafío de transformar la esperanza en realidades palpables para cada familia poblana, donde el tiempo y la voluntad política definirán el impacto de este compromiso. ¿O no?
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