Puebla vivió (otra vez) un fin de semana intenso en materia de seguridad; por una parte, el asesinato de dos policías municipales que terminó en paro de labores de los uniformados y, por otro, el bloqueo carretero de la autopista Puebla-Atlixco por el supuesto rapto a dos menores de edad que, al final y afortunadamente, fueron encontradas.
En el primer caso, es lamentable que tuviera que ocurrir el asesinato de dos policías municipales, muy al estilo del crimen organizado, para que su gremio pudiera ser escuchado en sus peticiones, entre ellas mejores condiciones laborales como seguro de vida y mejor salario, pero además, la destitución de su titular.
Pepe Chedraui, alcalde de Puebla, salió a enfrentar la situación, en la que le piden que despida al titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Fernando Rosales, una posibilidad latente, pero que por lo mientras ya empezó con el despido de Gustavo Alonso González, subsecretario de Operatividad Policial, mientras siguen las mesas de diálogo para que no vuelva a ocurrir otro paro laboral.
La investigación de este crimen que está en manos de la FGE ha escandalizado a propios y extraños, ya que se le atribuye al “Operativo Barredora”, extensión del CJGN, quienes según las primeras versiones, la tarde de este 1 de marzo terminarían con la vida del jefe de las Fuerzas Especiales de la SSC, sin embargo, los elementos abatidos estaban a cargo de su seguridad, siendo ellos los ultimados.
Por otra parte, la misma noche del sábado ardió Troya en la zona de Ahuatempa, Cholula, luego de que habitantes aseguraran que dos menores de edad, de 14 y 17 años para ser más específica, habían sido secuestradas por un grupo de hombres, lo que derivó en el bloqueo carretero de la autopista a Atlixco.
Aquí la situación lamentable no es que las pequeñas se hayan ido por su voluntad, como afirmó la Fiscalía General del Estado, sino que las autoridades no pudieran evitar el bloqueo carretero o, en su caso, negociarlo previo a la localización de las menores, lo que convirtió a Puebla este fin de semana en un caos.
Arrancamos el tercer mes del año con una temperatura muy elevada en el ánimo social, y eso que todavía no llega la primavera, pero mientras creíamos que sería un fin de semana como cualquier otro, tras el diálogo y parcial acuerdo de la rectora de la BUAP, Lilia Cedillo, con alumnos de diversas facultades, principalmente la de Medicina, luego del fuerte movimiento que también registró la máxima casa de estudios durante la semana pasada.
Pues resultó que ahí tampoco hubo paz y que continúan las manifestaciones de otras facultades como la de Ciencias de la Comunicación, entre otras, que hicieron que nuevamente la rectora acudiera a Ciudad Universitaria este domingo por la noche a recolectar el pliego petitorio de los alumnos, pese a que anunció que detrás de los movimientos “hay manoseo”; la situación, hasta este momento, la ha sabido contener y se espera que esta semana culminen los acuerdos con el alumnado para que se retomen clases normales y en donde los menos afectados sean justo los estudiantes.