El más feliz por el pleito de lavadero entre Mario Riestra y Néstor Camarillo es el gobernador Alejandro Armenta.
El refrán dice: “divide y vencerás”, pero en el caso de Puebla no es necesario.
La fallida alianza del PRI y PAN pactada en el 2024 por Néstor Camarillo con Eduardo Rivera y Mario Riestra los dejó más que confrontados.
El gobernador Alejandro Armenta todavía ni tomaba protesta al cargo cuando la confrontación ya estaba con todo entre los líderes del PRI y del PAN.
Es más, el pleito inició desde la propia campaña del 2024, cuando Eduardo Rivera y Mario Riestra se dieron cuenta de que Néstor Camarillo les vendió espejitos y que el PRI no les iba aportar nada, pero le entregaron un lugar en el Senado, regidurías, una diputación local y uno que otro ayuntamiento.
Es decir, Mario Riestra entendió que el líder priista los engañó y por eso se distanció de él desde el 2024.
Así que el pleito entre los líderes del PRI y del PAN lo único que provoca es abaratar la oposición en Puebla.
Y es que, sinceramente, Alejandro Armenta no tiene oposición política en Puebla.
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