Los datos son evidentes y no dejan lugar a medias tintas. Tampoco permiten esconderse detrás del lenguaje burocrático de la “aplicación de la ley”. El informe presentado por la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC) confirma lo que millones de familias latinas han vivido en carne propia desde hace años: la política migratoria impulsada por Donald Trump tiene un talante abiertamente racista y apunta de manera desproporcionada –y deliberada– contra los latinos, en particular contra los mexicanos.
No se trata de una percepción ni de una exageración política, sino de cifras. De 252 mil 571 arrestos administrativos realizados por ICE a nivel nacional, el análisis revela patrones sistemáticos de discriminación. En Nueva York, los ecuatorianos, que representan apenas el 4% de la población no ciudadana, concentran casi el 25% de los arrestos. Los mexicanos, el 5.6% de los no ciudadanos, representan casi el 10% de las detenciones. Guatemaltecos y hondureños aparecen también sobrerrepresentados de forma alarmante. El mensaje es claro: la “prioridad” migratoria tiene rostro moreno y habla español.
Según la académica de la Universidad de Boulder, Chloe East, quien ha estudiado el fenómeno de la migración y las políticas alrededor de esta, los latinos –especialmente los hombres– son arrestados a tasas significativamente más altas que otros grupos migrantes. Un nicaragüense tiene hasta 115 veces más probabilidades de ser detenido que una persona originaria de la India. No hay forma honesta de explicar esta disparidad sin reconocer un sesgo racial profundamente arraigado en la forma en que ICE opera bajo la lógica trumpista de “ley y orden”.
Donald Trump nunca ocultó su desprecio por los migrantes latinoamericanos. Desde que bajó por la escalera eléctrica de la Trump Tower llamando “violadores” a los mexicanos, su proyecto político convirtió la migración en un instrumento de miedo, exclusión y castigo colectivo. ICE, lejos de ser una agencia neutral, se transformó en el brazo ejecutor de esa narrativa con redadas en vecindarios, arrestos en espacios públicos, detenciones de personas sin antecedentes penales y, en muchos casos, incluso de residentes legales.
El informe de la NYIC revela otro dato inquietante: el aumento de los arrestos comunitarios. No son criminales peligrosos los que llenan las estadísticas, sino trabajadores, padres de familia, hombres que salen a ganarse la vida y no regresan a casa. El impacto va mucho más allá del individuo detenido. Debido a estas acciones se paralizan negocios, se rompe la vida comunitaria y se instala un miedo permanente que erosiona el tejido social de barrios enteros.
Nueva York, pese a sus leyes de protección a inmigrantes, no es inmune. La experiencia de ciudades como Los Ángeles demuestra que la intensificación de la aplicación migratoria puede llegar de forma súbita. Esperar a que la crisis escale sería una irresponsabilidad política y moral.
Lo que hoy muestran los datos es que la política migratoria de Trump no busca justicia ni seguridad pública. Busca disciplinar, estigmatizar y expulsar a una población específica. Tiene apellido latino y, en particular, mexicano. Reconocerlo no es radicalismo, sino llamar a las cosas por su nombre.
La pregunta que queda es si los líderes políticos estarán a la altura del momento o si permitirán que el racismo institucional siga operando con uniforme federal y total impunidad.
Desde la Gran Manzana
En días recientes, Banco de Alimentos Cáritas Puebla-Tlaxcala, visitó Nueva York para presentar su labor y explorar oportunidades de colaboración con líderes y empresarios poblanos y tlaxcaltecas de esta ciudad. El Banco recauda y aprovecha alimentos para distribuirlos entre 160 mil personas en Tlaxcala y Puebla cada semana, por lo que la iniciativa fue recibida por líderes empresariales de NY con gran entusiasmo…
Como una medida de presión más, la administración del presidente Donald Trump, a través de ICE, está demandando a migrantes que han excedido su estancia regular en el país y les ha comenzado a enviar multas que alcanzan hasta los 1.8 millones de dólares…




