Al igual que en Morena, en la alianza del PAN y PRI se preparan “premios de consolación” para los aspirantes a la gubernatura de Puebla.
En el caso de Morena la situación es más compleja por la definición de la candidatura a la gubernatura, debido a que los tres principales perfiles no ceden ni un centímetro en la contienda no formal que tienen.
Alejandro Armenta, Ignacio Mier y Julio Huerta difícilmente aceptarán su derrota, pero lo tendrán que hacer con una llamada del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y aceptarán la Presidencia Municipal de Puebla y un lugar en el Senado de la República o en la Cámara de Diputados.
Con respecto al PAN y PRI, las cosas son, en apariencia, más sencillas.
Eduardo Rivera ya es el virtual candidato de la alianza a la gubernatura de Puebla y aunque destapó a otros “aspirantes”, en realidad lo único que hará será repartir los premios de consolación.
Por ejemplo, dijo que Mario Riestra es un buen perfil para la gubernatura, pero en realidad el diputado federal quiere ser alcalde de Puebla.
La diputada federal, Ana Teresa Aranda, quiere en realidad un lugar en el Senado o la Presidencia Municipal de Puebla.
La diputada federal del PRI, Blanca Alcalá, no quiere ser gobernador, ni alcaldesa –ya tuvo ese cargo, pero aspira al Senado.
El diputado federal, Humberto Aguilar, quiere ser senador de la República.
El diputado local, Jorge Estefan Chidiac, quiere ser senador, pero aceptaría una diputación federal.
El líder estatal del PRD, Carlos Martínez Amador, quiere ser diputado federal.
La diputada federal, Genoveva Huerta, quiere ser senadora.
Así que no le costará mayor trabajo a Lalo Rivera repartir los premios de consolación para el 2024.
Su gran tarea, es garantizar que todos ellos lo apoyen realmente para derrotar a Morena en las elecciones del 2024 en Puebla.
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