El hombre más poderoso de Puebla, el gobernador Alejandro Armenta Mier, quizá sea el ejemplo de un político con la mayor resiliencia en los últimos años de la turbulenta modificación en el mapa electoral de la última década en México.
La primera turbulencia que resistió fue, el gobierno que debió ser en el 2011, cuando por primera vez en 80 años, el Partido Revolucionario Institucional perdía las elecciones a la gubernatura y la alternancia quedó en manos del fallecido Rafael Moreno Valle Rosas, quien con un tejido político impecable se hizo del poder en el estado de Puebla: Si en el 2010 el candidato hubiera sido el hoy Gobernador Armenta, hubiera sido quizá la competencia electoral más cerrada en la gubernatura. En ese momento se apostaba a que el candidato sería Armenta Mier y no Javier Zavala; los motivos por los cuales el expartidazo no quiso dar la batalla en la elección de ese año, no los sabremos.
Parece que el político poblano no se quebrantó, y en el 2012 fue coordinador estatal de campaña del expresidente de México Enrique Peña Nieto, con resultados que fueron contundentes y que evidenciaron o confirmaron la habilidad de operación político-electoral de Alejandro Armenta. Dos años en Renapo y de vuelta iniciaba la turbulencia política, y en el 2015 se hizo de la diputación federal de la LXIII Legislatura.
La segunda turbulencia iniciaba: en el 2017, previsor y con olfato político como seguramente la experiencia de 30 años de trayectoria te brinda, le permitieron avizorar lo que los priistas nunca quisieron o pudieron ver: el desplome del expartidazo y poner su mira en el que objetivamente es el líder político más carismático de las últimas décadas: Andrés Manuel López Obrador. Y su jugada de ajedrez fue asistir al evento de Morena en el Monumento a la Revolución, y antes de que el PRI lo expulsara de sus filas, el entonces diputado federal priista poblano Alejandro Armenta Mier anunció su renuncia al partido, y adelantó que valoraba integrarse a Morena.
Y así lo hizo, luego de permanecer un breve tiempo como diputado federal independiente; se sumó a Morena y comenzó su ascenso (de nuevo) en la arena política nacional cuando en el 2018 aseguró su lugar en la Cámara alta y fue senador por mayoría relativa.
La tercera turbulencia: En el 2019 solicita licencia como senador para contender por la candidatura a la gubernatura de Puebla, luego del fatídico deceso de la entonces gobernadora Martha Erika Alonso. Igual que lo sucedido en el 2011; el 2019 no era el momento de Armenta y Morena decidió decantarse por el fenecido Luis Miguel Barbosa Huerta. El ajedrecista no dejó de realizar estrategias por más que el tablero político cambiara.
La cuarta turbulencia y última: En el 2023, luego de un proceso álgido al interior de Morena para la candidatura a la gubernatura de Puebla, Armenta logró con mucha resiliencia derrocar a su contendiente, Ignacio Mier Velazco.
Después de la tormenta, la calma: 2024, los pormenores son por todos conocidos, Armenta Mier a partir del 14 de diciembre de 2024 es gobernador del estado de Puebla. Llegó su momento luego de varios momentos que no eran el objetivo final del gobernador pero que le permitieron seguir jugando en el tablero político mexicano que desde el 2018 cambió por completo dejando a muchos caídos en el camino, quizá por falta de resiliencia, por falta de visión, por falta de claridad, por falta de habilidad y oficio político. Lo que hoy sabemos, sin duda, es que al nuevo gobernador del estado de Puebla no le faltan ninguna de estas cualidades; las expectativas de su gobierno son altas y, hasta el momento, ha cumplido logrando sumar, conciliar y trabajar ejerciendo su mandato desde el primer minuto de ser ungido.
Nota bene: Como universitaria y mujer; quien suscribe se colmó de emoción al ver durante la toma de protesta del gobernador Armenta a la rectora de la máxima casa de estudios, Lilia Cedillo Ramírez, en un lugar envidiado para muchos, a la derecha del ahora hombre más poderoso de Puebla, hay que retumbar que es la primera mujer en dirigir los rumbos de la BUAP y que el poder que le confiere su rectorado no le han hecho mella en absoluto, sigue siendo la misma mujer sencilla, humana y cálida, cualidades que mantiene y que ojalá muchas y muchos adquirieran.
X: @AlesandraMartin