Dicen los que saben que la marcha del pasado fin de semana dejó más lecturas que un tomo de derecho constitucional… y eso ya es decir mucho.
Por un lado, juran que no hubo jóvenes. Por el otro, que aquello parecía reunión de generación plateada.
Mientras que otros señalaron que hubo infiltrados del PRIAN con ganas de hacer ruido… o de plano de armarla de tos.
Lo que sí es un hecho es que el enredo estuvo tan sabroso que el gobernador Alejandro Armenta pidió a la Fiscalía investigar los incidentes violentos que –si el destino hubiera amanecido de malas– pudieron haber terminado en tragedia.
A estas alturas, ni el mejor oráculo podría decir si la famosa marcha de la Generación Z fue un éxito épico… o nomás un llamado a misa al que pocos respondieron.
Pero ojo: de que los poblanos salieron, salieron. Y ejercieron su derecho a expresarse, que para eso está, no para guardarlo en el cajón.
Quienes también salieron fueron los diputados de Morena a condenar la violencia y a refrendar su respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum.
En fin.
Dicen los que saben que la última palabra la tiene usted:
¿La marcha fue buena?
¿Fue mala?
¿Fue pretexto, performance o simple trending topic?
Lo único irrefutable es que la marcha dejó un tráfico infernal ¿O no?
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