Para nadie fue una sorpresa la salida de Héctor Sánchez del Tribunal Superior de Justicia, debido a que su permanencia era insostenible desde hace muchos años.
Primero le quitaron la Presidencia del TSJ y ayer dejó el cargo de magistrado y seguramente no se le verá en Puebla por muchos años.
Su carrera política y jurídica siempre estuvo ligada a Rafael Moreno Valle y Tony Gali y por eso era incomprensible que haya logrado permanecer al frente del Tribunal Superior de Justicia por tanto tiempo.
Con la caída de Héctor Sánchez y la detención de los ex alcaldes de Ciudad Serdán, Juan Navarro, y de Tecamachalco, Inés Saturnino, se da casi por extinto al morenovallismo.
Poco o nada queda de aquel grupo político que llegó en el 2010 a la gubernatura de Puebla y que gobernó durante 8 años con todos los excesos posibles.
Ese grupo político soñó con llegar a la Presidencia de la República, pero todo se cayó junto con el helicóptero el 24 de diciembre del 2018.
Uno de los sobrevivientes políticos era Héctor Sánchez.
Lo más inteligentes se autoexiliaron y otros tantos están en la cárcel.
Su pesadilla aún no termina.
Quedan pocos morenovallistas en Puebla y todos temen ir a la cárcel por tantos excesos que cometieron.
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