Dicen los que saben que el panista Jorge Aguilar Chedraui está de vuelta. Sí, el mismísimo “JACH”, aquel que fue secretario de Salud en tiempos de Rafael Moreno Valle y después presidente del Congreso local. Tras un largo silencio y años en la penumbra, decidió volver a escena.
Y no lo hizo en cualquier lugar. Reapareció nada menos que en la junta auxiliar La Resurrección. El simbolismo no necesita traducción: Aguilar busca revivir políticamente. Ahí estuvo entregando lentes, acompañado del nuevo líder municipal del PAN, Manolo Herrera.
¿Casualidad? No lo creo.
Dicen los que saben que Aguilar puso condiciones claras para salir de la cueva: quiere boleto para el 2027. No importa si es la Presidencia Municipal, una diputación local, federal, o de perdido una plurinominal que le regrese el fuero y los reflectores.
La consigna es simple: volver al escenario.
El detalle es que el 2027 no será cualquier elección.
Para el PAN puede significar la oportunidad de consolidar lo poco que ganaron en 2024… o de plano perder la chispa que aún queda.
Y es ahí donde los movimientos anticipados de Aguilar pesan: el hombre no entrega lentes por altruismo, sino porque ya comenzó a enfocar su propia ruta electoral.
La incógnita es otra: ¿podrá JACH articular liderazgos y sumar grupos en un partido donde cada quien jala para su molino? ¿O terminará como tantos políticos que aparecen en la foto solo para después exigir lugar en la lista?
Por lo pronto, si anda corto de vista, no se preocupe: ya sabe a quién pedirle lentes. Aunque eso sí… más de uno en el PAN preferiría que Aguilar no vea tan claro su regreso. ¿O me equivoco?
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