Junto con los logros que se reflejan en cifras de atención y entrega de apoyos, el trabajo de Gabriela Bonilla como presidenta honoraria del Sistema Estatal DIF debe festejarse por el profesionalismo que ha impreso en estos casi dos años a su labor.
Desde la iniciativa privada, primero; luego en la responsabilidad municipal al frente del DIF de Tepeaca y después también al frente del Patronato del Poder Legislativo de Puebla, ella entendió cómo vencer la inercia burocrática, para ir a la eficiencia y agilidad que dio al organismo.
A lo largo de más de tres lustros, Gaby Bonilla adquirió conocimientos y experiencia, lo mismo que una sensibilidad especial, para conseguir el éxito que ha obtenido en estos dos años al frente de la responsabilidad estatal de apoyar a niños, niñas, adolescentes, personas con capacidades diferentes y el cúmulo de necesidades que hay en los grupos vulnerables.
Que no suene esto a lisonja, porque hay referencias numéricas que establecen sus resultados y que resumió en el informe que ofreció la semana pasada:
Un total de 145 mil 665 apoyos ofrecidos en el Centro de Gerontología Casa del Abue, en beneficio de más de 29 mil personas adultas mayores; 10 mil 864 servicios integrales en el Albergue Vida Digna; 41 cirugías de implante coclear, con valor de un millón de pesos cada una, aunque sin costo para las familias; además de 39 implantes de oído medio para niños y niñas de 25 municipios.
También se entregaron 15 dispositivos ADHEAR y cuatro mil dos auxiliares auditivos; se dio atención a 16 mil 469 poblanas y poblanos en las Jornadas DIFerentes; se entregaron 10 mil 688 aparatos rehabilitatorios; se logró el fortalecimiento de 79 Unidades Básicas de Rehabilitación en el estado; la distribución de 105 millones 872 mil 449 raciones alimentarias con el programa de Alimentación Escolar; y la adopción de 44 menores, entre muchos otros hitos.
Al lado de la aritmética y la numeraria, está el corazón que ella le imprimió a su labor diaria.
En entrevista con este reportero, la presidenta del DIF Estatal dijo que no se quedó con nada por hacer, con ningún esfuerzo que dar y que su entrega fue a plenitud.
Lo dijo en la entrevista y lo ha repetido en otros espacios, con palabras y la mirada firme. El sentir que expresó bien queda en aquella frase popular de “todo a pulmón”, de cuando se entrega el todo sin reservas, sin regateos.
El año pasado, la pregunta obligada fue si estaría en las boletas en la elección concurrente de 2024.
Gaby Bonilla dijo que no y efectivamente no se distrajo de su labor al frente del DIF.
En esta entrevista, repitió exactamente lo mismo. No le interesa la arena electoral, aunque en un par de años –le dije– este reportero insistirá en la pregunta ante la proximidad de 2027 y su proceso electoral.
“Me voy llena de amor”, fue una frase con la que resumió su trabajo en estos casi dos años.
La charla se realizó en el área de juegos de los menores que están en la Casa de la Niñez. Ahí vimos rostros que hoy pueden sonreír y tienen un lugar digno para vivir y que, afortunadamente, ya ha salido del pasado de infierno en el que vivieron en sus cortas vidas. Hoy son otros. Sus sonrisas son de esperanza.
Ella a eso se refiere, seguramente, cuando dice que se va llena de amor.