Agradezco los mensajes de solidaridad para su servidor y mi familia en estos momentos difíciles.
La desesperación se hace evidente cuando se pierde el control de las palabras. El gobernador de Estado ante la obligatoria presencia en sus mañaneras autoimpuesta hoy le son en contra, pues ante cualquier cuestionamiento que le realizan las y los periodistas, sale a relucir su falta de control ante su enojo.
Así lo hemos visto cuando se le cuestiona por los desaparecidos en Puebla, la inseguridad o la falta de obra pública entre otros pendientes. Pero en estos últimos días el motivo de sus exabruptos no han sido otros que los electorales. Y es que abandonando la investidura de gobernador del Estado optó por tomar “la matraca y la afrenta”. La primera, para repetir hasta el cansancio que su partido no va perder en las próximas elecciones; la segunda, para descalificar a la oposición y “hasta los de su casa” -partidarios afines- con los que no tiene reparo para respetar vocabulario soez.
Pedir sea respetuoso con los cargos de representación popular, con los poderes, las instituciones o las mujeres, parece cosa perdida ante la evidente falta de humildad. Solo nos resta lamentar que no exista altura política para respetar el cargo otorgado y temporal que le dio el voto popular.
Pero se explica la magnitud de su reacción ante el rebase que sufrió frente al líder del movimiento político en el poder, quien lejos de brindarle su apoyo, vino a revelar cómo fue invitado a participar en su movimiento y que no fue a invitación de su líder moral y Presidente de la República. Además, de levantarle la mano al diputado con quién se enfrenta rumbo al 2024.
Adicional, una de las peores referencias de políticos de la 4T y diputado federal por el PT le propinó tal desaire que ocasionó, que el gobernador con molestia inocultable rompiera su amistad. Mal día para él.
El segundo evento que le ha traído un sin sabor, fue que el dirigente nacional del PAN Marko Cortés viniera a Puebla a convocar un encuentro de panistas y viniera a señalar la actuación inútil de su gobierno – yo en otras ocasiones he señalado que la administración que encabeza es la penúltima peor calificada de acuerdo a una encuestadora nacional- motivo por el cual el mandatario estatal lanzó ofensas contra la dirigente del PAN en el Estado, estoy seguro que la Presidenta Estatal del PAN con la inteligencia que le caracteriza, lo tomará de quién viene.
Lo evidente no se juzga, el habitante de casa Aguayo muestra ya su nerviosismo que denota debilidad, palpa que los poblanos no están contentos con su actuar y esperan pacientes y determinantes el 2024. “El que se enoja pierde” reza el dicho popular, y está claro que el mandatario local anda de bilis en bilis.
Hace unos días, él mismo se dirigía en contra de un servidor, porque le insistí en concentrar la atención en el Estado y no en su partido. Lo seguiré haciendo porque mi vocación democrática así lo requiere, aunque por eso siga pegando sendos corajes. No se enoje, trabaje.
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