La historia y la precisión de los datos no tienen desperdicio y desnudan la conspiración de Moisés Ignacio Mier Velazco y su grupo, cada vez menor, contra el lopezobradorismo y los candidatos, a la Presidencia, Claudia Sheinbaum Pardo, y a la gubernatura, Alejandro Armenta.
En el fondo de la rebelión y la pretensión de contaminar con protestas artificiales el proceso de candidaturas está el malestar, con tintes de rabia, por no haber obtenido posiciones, a pesar de que prometió a los suyos que “conmigo nadie pierde”, para el Congreso local y las alcaldías.
Un ejemplo da sobrada claridad y explica el comportamiento errático y conspirador del clan:
Una vez que Moisés Ignacio perdió, por paliza, la postulación a la gubernatura, pretendió cobrarse con la petición de muchas, pero muchas candidaturas, en las que buscó inútilmente imponer a sus cercanos.
Entre ellas y por más irracional que parezca, en la mesa política de las negociaciones del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) puso el nombre de Inés Saturnino López Ponce, con la exigencia de que fuera postulado como candidato morenista a la alcaldía de Tecamachalco, que, hasta su solicitud de licencia a finales de marzo, encabezó el junior Mier, Carlos Ignacio Mier Bañuelos.
La propuesta de Moisés fue vetada de inmediato, por ser a todas luces inatendible, ilógica y hasta ofensiva para el movimiento que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No solamente por el pasado como violentador político de Inés Saturnino, sino también por sus procesos pendientes y por ser notablemente incongruente en sus conductas, comportamiento y hasta personalidad, con los principios de la cuarta transformación (4T).
El diputado federal lo tomó muy a pecho y ahí comenzó la rebelión que luego se alimentó por su rencor con las dirigencias estatal y nacional de Morena, por no conceder una candidatura para la reelección de su hija Daniela, como diputada local. La única posición que se le concedió, con alto riesgo de derrota, fue la candidatura a la diputación federal, para su hijo.
El caso Tecamachalco, que se reedita en Ajalpan y muchos otros municipios, en los que Mier operó con Carlos Alberto Evangelista Aniceto, para presionar por posiciones, tiene antecedentes aviesos.
La alianza entre Inés Saturnino, alcalde de Tecamachalco en el trienio 2014-2018 por el morenovallismo, y el alcalde con licencia de ese municipio, Nacho Mier junior, comenzó a forjarse desde el inicio de la actual administración (2018-2021), con “acuerdos económicos” que son comprobables –aseguran nuestras fuentes– y el otorgamiento de obra pública para el exalcalde, a través de empresas relacionadas directamente con él.
Aseguran las fuentes, y es un tema de dominio público en Tecamachalco, que Mier Jr., le prometió ese respaldo, porque así, por añadidura, habría un compromiso de cuidarle las espaldas al vástago de Mier Velazco, sobre el desaseo administrativo que se advierte que dejará.
Como primer paso, el diputado federal lo integró a su estructura de organización en ese municipio y en toda la región, en lo que bautizó como Instituto Mexicano por la Transformación, a través del que todavía pretende lavarle la cara y darle matiz “institucional” a sus operaciones políticas.
Con esa estructura, Saturnino trabajó a favor de Mier en la contienda interna y contra Alejandro Armenta, incluso para la llamada “guerra negra”. El resultado fue un enorme fracaso en esa zona y en todo el estado.
Con la derrota de Nacho Mier, el acuerdo del junior se vino abajo. Sin embargo, como ya se dijo y se sabe, se atrevió a proponerlo en la mesa de negociación, “para la alcaldía o algún cargo de elección popular” por Morena. Fracasó y además generó un especial malestar y desconfianza, más de las que su naturaleza genera.
Pero el apoyo sigue y, en una negociación torcida, en la que también participan los Mier, Inés Saturnino se convierte en el candidato del frente opositor (PRIANPRD y el local PSI) por la alcaldía. También, por supuesto, mantiene todo el respaldo de Mier y su grupo.
Se sella el pacto contra Morena y el lopezobradorismo: Inés Saturnino va a la alcaldía y es la carta del clan, a cambio de que opere, con su estructura, el voto diferenciado a favor de Ignacio junior y a favor de Eduardo Rivera, candidato opositor a la gubernatura.
Por ello, hoy los Mier son unos intensos promotores de que se rompa la alianza lopezobradorista en Tecamachalco, para que el candidato de Morena vaya solo y ellos impongan candidatos de los otros partidos.
Buscan reeditar la jugada que aprendieron del ex gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas: fracturar el voto que tiene fuerza, para así lograr que Saturnino gane la contienda.
Por cierto, Ignacio hijo compite por el Distrito Federal de Ciudad Serdán y el padre al Senado. ¿Quién es su coordinador de estructura, de manera soterrada, en los dos casos? Sí, Inés Saturnino.
Hay más, en otros territorios del estado, se ha puesto en marcha una operación mediática de amenazas, intimidación y las prácticas tan conocidas en ese clan. De eso escribiremos en otras entregas.