¡Tuvimos debate!, pese a las expectativas de muchos, en Puebla hubo un buen debate entre candidatos a gobernador del estado, que incluyó a Alejandro Armenta, Eduardo Rivera y Fernando Morales, aunque, claro, con sus fortalezas y debilidades, propias del proceso electoral que se está desarrollando.
El Instituto Electoral del Estado hizo su trabajo en el desarrollo del debate que, finalmente, cumplió su cometido, poner a pensar al electorado por quién va a votar este 2 de junio. Las cartas están echadas tanto en propuestas como en descalificativos.
Alejandro Armenta, quien según dos casas encuestadoras (GobernArte y Populus) está en la cúspide del electorado antes y después del debate, se mantuvo ecuánime, concreto y directo en cuanto a sus propuestas, sobre todo en materia de seguridad, que es la principal dolencia del estado, a pesar de los reiterados señalamientos de Eduardo Rivera Pérez, que tenían toda la intención de desviar el discurso que llevaba preparado el candidato morenista, pero supo esquivar las pedradas.
Uno de los datos duros que más sobresalieron en el debate fue el del incremento del 200% de feminicidios durante la administración de Rivera Pérez como alcalde municipal; la inseguridad fue el reproche de la noche para el exalcalde tanto por parte de Alejandro Armenta como de Fernando Morales, este último sin propuestas como candidato, pero sí muy preparado para los dimes y diretes contra el candidato de la coalición Mejor Rumbo Para Puebla.
El debate dejó un buen sabor de boca, sin duda nada comparado al desganado debate presidencial que esperemos tenga algo mejor que ofrecernos en su tercera emisión; sin embargo, en Puebla, al menos en los candidatos a gobernador, hay referencia de que la elección que se avecina será muy interesante y participativa y que además los candidatos culminarán campañas con todo lo que tengan que ofrecer, para bien o para mal.