Mal, muy mal se han visto las autoridades del estado de Puebla ante dos graves agresiones en Tlahuapan y Puebla, debido a que los conductores y sus ayudantes han agredido y golpeado a un menor y un estudiante y están libres.
¿Qué espera la Fiscalía General del Estado para actuar?
La secretaria de Movilidad y Transporte, Silvia Tanús, ha demostrado reflejos muy lentos antes la agresión al menor en Tlahuapan por parte del chofer y su ayudante de la ruta 16 y ayer, ante la golpiza que le dieron el chofer y su ayudante de la ruta 68 a un estudiante.
En ambos casos existen grabaciones y ambos casos son delitos.
Ojalá y que el gobernador, Alejandro Armenta, también hable fuerte con Silvia Tanús porque la percepción es que los choferes pueden acosar, hostigar y golpear a quien se les pegue la gana y no hay castigo.
Por más que exista un sentimiento de cariño del gobernador hacia la secretaria de Movilidad, se debe anteponer la obligación legal que tienen de poner en orden a los transportistas y castigar las conductas agresivas de los choferes.
No se puede permitir una agresión más.
Urge que la Fiscalía General del Estado detenga a los conductores y sus ayudantes y se les envíe a prisión para que quede claro que el gobierno de Alejandro Armenta no permitirá más agresiones contra pasajeros y ciudadanos.
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Ya viene una respuesta clara y contundente a los autores intelectuales de la movilización de estudiantes de Medicina de la BUAP.
Ayer se aprovechó la natural rebeldía de los universitarios para sumar a más jóvenes a la protesta, pero no llegará a más y el próximo lunes todos regresarán a clases.
Los maestros, directores, personal administrativo y la mayoría de estudiantes están con la rectora, Lilia Cedillo.
Este jueves y viernes serán claves para llegar a acuerdos y regresar a la normalidad la siguiente semana.
Lo interesante es que los opositores a la Rectoría ya asomaron la cabeza y salieron de su escondite.
Ahora sí, ya arrancó la sucesión en la BUAP con todo lo que eso implica.
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