Iniciaron las campañas electorales.
Otra vez, veremos desfilar a mujeres y hombres llenos de buenas intenciones… unos santos devotos del pueblo.
Escucharemos un concierto de formulas mágicas para erradicar los problemas que nos aquejan como sociedad: “más seguridad”, “mejores oportunidades”, “más dinero para tu familia”, “muchos medicamentos”.
Los contendientes recitarán una antología de pecados que hayan cometido sus oponentes para exhibirlos como los malos de la película.
Caminarán por las calles que no ha sido pavimentadas, ensuciando sus costosos zapatos en lugar de usar sus camionetas de lujo.
Sus escoltas serán camuflajeados de ciudadanos, pero los seguirán cuidando.
Comerán en fonditas y no más en lujosos restaurantes… por lo menos unas semanas ya que después regresarán a la vida de privilegios.
Pero aun así, se abre una nueva oportunidad para Puebla.
A pesar que se ha intentado una y otra vez desacreditar a la autoridad, lo cierto es que las instituciones que hacen la democracia son confiables y son eficaces.
Y es a través del voto como podremos premiar a quienes lo han hecho bien o castigar a los que lo han hecho mal.
Estaremos viviendo por 30 días un bombardeó de propuestas, de mensajes, de propaganda.
Veremos las caras bien maquilladas y bien peinadas de quienes buscan ser alcaldes o diputados.
Sin embargo, ya sabemos que una vez llegando a los cargos que hoy pelean, los conoceremos verdaderamente: la cercanía se volverá lejanía y el deseo de trabajo se convertirá en indiferencia.
Ya no nos engañan. Los conocemos.
Pero como el voto es el camino de la democracia, les daremos la oportunidad de que nos presenten sus propuestas y que estas sean serias.
Nuestro llamado como sociedad es que ojalá que hagan una campaña de altura, dejen a un lado las descalificaciones y que gane el mejor.
@AlbertoRuedaE