Las renuncias de militantes en los partidos no es un fenómeno nuevo. Los políticos que agotaron sus tiempos, los que ya no están a gusto o que hicieron nuevas amistades en otras fuerzas políticas y en donde ven un nuevo futuro, agarran sus tiliches y se van; así de fácil. Los argumentos y razones les sobran a los desertores y los recientes abandonos de personajes tricolores es parte una práctica añeja que a nadie sorprende porque sucede con los rojos, azules, verdes y de todos los colores..
Las renuncias de 7 personajes y entre ellos Germán Sierra, Juan Manuel Vega Rayet, Adela Cerezo, Antonio Hernández y Genis y Gerardo Corte Ramírez son parte de esa práctica que refleja un relevo no solo generacional, sino que es natural. Algunos de ellos sin haber abandonado al partido, en los hechos ya no estaban activos pero seguían prestos y dispuestos para lo que se ofreciera, sin embargo hoy que ya no están en el ex partidazo no significa que su carrera política haya terminado; al contrario puede ser el inicio de su segundo, tercer o cuarto aire político.
Recientemente en ABC Noticias el flamante líder priista poblano, Néstor Camarillo, dijo: “se van 7 pero llegarán cientos”. Y tras desearles suerte a los ex priistas resaltó que tuvo diálogo con ellos pero expuso que siempre le recriminaron su juventud como factor de inexperiencia.
Luego de confirmar que algunos de los desertores solicitaron posiciones y hasta candidaturas rumbo al 2021, Camarillo Medina estableció que en el PRI se terminaron los tiempos de los chantajes y las cuotas que exigían “los grupos caciquiles”. ¿Ahora sí, será?
Durante la entrevista el joven líder afirmó que su partido ya tocó fondo y para ganar en las elecciones del próximo año ahora tendrán que elegir a candidatos con nuevos perfiles, con nuevas ideas y con prestigio que tenga más peso y valor que la propia marca del tricolor.
Néstor Camarillo ofreció diálogo y apertura con quienes ya se fueron del PRI, pero abrió la puerta a los jóvenes y todos los simpatizantes. Y sostuvo que la posición de presidente que hoy ocupa se la debe a la militancia para quienes tendrá que ganar elecciones.
Más allá de que si los que tiraron la toalla intentaron asegurar candidaturas rumbo al 2021 y no se las dieron y que por eso hicieron berrinche y renunciaron, lo cierto es que hoy los relojes de la política son distintos. Solo el tiempo dará la razón y veremos si los “lobos de mar” actuaron correctamente al abandonar el barco tricolor o si los “cachorros” tuvieron la capacidad suficiente para revivir a un partido que desde hace mucho tiempo dejó de tener el power que tuvo hasta antes del año 2000.
En suma, solo el tiempo mostrará si en verdad aquellos que huyeron del PRI fue porque esa fuerza ha dejado de ser una opción política con futuro y también veremos si el nuevo grupo en el control tricolor tiene la visión y habilidad de ganar los espacios perdidos.
