Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
La infalibilidad electoral del corrupto régimen morenovallista es otro de los muchos mitos que se crearon alrededor de la figura del siniestro Rafael Moreno Valle.
Durante la última década, los niños cantores y los textoservidores del priista, quienes ahora niegan a su mecenas, nos vendieron la idea de que Moreno Valle y su grupo de hampones era una maquinaria electoral invencible en tiempos de campañas.
Mintieron.
En las elecciones que le tocó operar, Moreno Valle siempre lo hizo desde el campo de lo oficial nunca como una verdadera oposición. Cuando era un marinista recalcitrante, Rafael ganó una diputación federal durante la era del góber precioso, curul que después dejó votado para presidir el Congreso local durante la primera mitad del sexenio de Mario Marín.
En medio del Lydia Cacho Gate y con el cobijo del entonces presidente Felipe Claderón y de su madrina, la infame Elba Esther Gordillo, el extinto exgobernador simuló renunciar a su militancia priista para competir por un escaño en el Senado de la República bajo los colores del PAN, partido al que utilizó únicamente para saciar su enfermedad de poder. Moreno Valle también abandonó su lugar en la Cámara alta para competir en la elección gubernamental del 2010 como el abanderado de coalición del PAN, PRD, MC y Nueva Alianza.
Sí, Moreno Valle ganó todas las elecciones en las que compitió, pero nunca como un candidato opositor, ya que los comicios de hace 10 años fue más un amasiato con Mario Marín que una contienda en las urnas.
Una simple negociación entre Rafael, Calderón y Marín.
Todos lo sabemos.
Los corifeos de Moreno Valle también publicaron un sinnúmero de loas acerca de las victorias del siniestro priista en diferentes procesos electorales y contiendas internas en Acción Nacional en los que Rafael fungió como delegado especial u coordinador de tal o cual candidato a dirigente nacional del albiazul.
Pero, omitían mencionar que el fenecido mandatario siempre contó con una chequera abierta dotada con recursos del erario de Puebla para financiar a candidatos de otros estados y de casa.
Como gobernador de Puebla, Moreno Valle enfrentó los comicios locales del 2013, 2016 y 2018, también las elecciones federales del 2012, 2015 y la sucesoria de Enrique Peña Nieto.
En todas ellas, Rafael desvíos recursos públicos para hacer ganar a sus candidatos y ocupar posiciones en las cámaras del Congreso de la Unión y controlar todo el mapa geopolítico de Puebla con alcaldes y diputados a modo.
Además de contar con el control total del presupuesto del estado y del organigrama del gobierno a disposición de sus alfiles, Moreno Valle modificó en más de una ocasión las leyes electorales en Puebla para sacar ventajas técnicas en todos los procesos a través de inventos ridículos como las asociaciones partidistas.
No es que la maquinaria electoral morenovallista fuera invencible, en realidad, el priista alteraba las reglas del juego para siempre favorecerse alevosamente durante cada uno de los comicios en los que le tocó participar como titular del Ejecutivo local en sus tres etapas del 2010 al 2018.
Así, los diputados morenovallistas inventaron bodrios legislativos para beneficiar a los partidos satélites del PAN como Compromiso por Puebla o PSI que no aportaron nada a la democracia en el estado más que sangrar las arcas públicas sin la necesidad de competir de manera individual en una sola elección.
Sin embargo, esto no fue suficiente para que, en el 2018, Miguel Barbosa, con el impulso de la ola lopezobradorista, venciera en las urnas a la “maquinaria electoral” de Moreno Valle, quien, sobra decirlo, diseñó un Fraude para imponer a su esposa Martha Erika Alonso en el gobierno del estado.
Ahora, el diputado Gabriel Biestro, ingresó el miércoles una reforma electoral para desmantelar a la alevosa ingeniería creada por el morenovallismo para las elecciones. El líder del Congreso tiene el objetivo de acabar con las asociaciones partidistas que sólo sirven para mantener a partiditos sin otra ideología más que la de vivir de las prerrogativas.
También, Biestro Medinilla propuso la redistribución de los recursos para los partidos políticos, la cual, a la fecha era una maraña para beneficiar siempre al partido en el poder, como lo fue el PAN en su momento durante el oscuro régimen morenovallista.
Otra figura que será echada abajo es la del “Gran Perdedor”, la cual servía como un premio de consolación para ingresar de manera plurinominal al Legislativo local para fracasados como Oswaldito Jiménez, quien fue aborrecido en las urnas por su falta de talento político y sus limitaciones mentales de nacimiento.
Tras amarrarle las manos a Roberto Moya, Eukid Castañón y Eduardo Tovilla, los grandes patrocinadores del morenovallismo, ahora Morena va por el desmantelamiento de la ingeniería electoral de Moreno Valle.
Nuevo tablero y nuevas piezas para el juego de ajedrez del 2021.
Y bien dicen que ningún juego es igual en la partida del Rey y la Reina.
Off the Record
Otra iniciativa a la que habrá de seguir muy de cerca es la Ley Antitabaco, que también impulsa Gabriel Biestro. Esta iniciativa será discutida por el presidente del Congreso, las Comisiones de Salud y Desarrollo Económico, así como de las organizaciones anticigarro y los líderes de diferentes cámaras empresariales a través de un parlamento virtual abierto para escuchar a todas las voces.
La Ley Antitabaco en Puebla será una legislación plural que contará con todos los puntos de vista de la ciudadanía para que nadie quede fuera de su integración.