Con una aprobación de hasta 80%, Claudia Sheinbaum Pardo llegó a los 100 días de gobierno como la presidenta de la contundente mayoría de la población, mucho más allá de la base social de su movimiento y con el respaldo, incluso, de los ciudadanos que no son beneficiarios de los programas de Bienestar.
El pasado 2 de junio, la jefa del Poder Ejecutivo federal obtuvo 59.76% de los votos y, de acuerdo con las recientes mediciones de distintas empresas, hoy su aceptación llega hasta 80%. Eso representa un incremento de más de 20 puntos en el respaldo de las y los mexicanos.
Varios factores han influido para ese ascenso en el aval ciudadano para Claudia Sheinbaum, que ya no solamente viene de quienes reciben un apoyo directo en becas y en pensiones, sino también de las clases medias y deciles más arriba, en quienes ha sabido generar confianza.
En primer lugar, está el sello propio de su personalidad. Es una presidenta empática, con mensajes claros, comunicación fluida y que está siendo vista con simpatía por quienes se sentían alejados o incluso antagonistas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Es decir, hoy la respalda incluso una buena parte de quienes no votaron por ella.
Un segundo punto vital, que reflejan estas cifras, es la diferencia, pero sin un rompimiento, con el estilo de gobernar de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
El radical antilopezobradorismo la ve con buenos ojos y le reconoce una personalidad distinta y mejor, a pesar de sus diferencias con el movimiento, del que también ella proviene.
Un tercer rubro, muy contundente, es la atención que ha puesto a los temas de seguridad pública. Tan solo por citar un tema, desde que ella tomó las riendas del país, se ha reducido 16% el número de asesinatos dolosos.
Sin duda, Claudia Sheinbaum Pardo genera mayor confianza y, sin la renuncia a sus ideales formativos y de su movimiento, ha sabido, en su discurso, ser incluyente con muchos sectores sociales que se sentían excluidos y enfrentados con el poder presidencial.
En esta lista de atributos de la presidenta, no puede quedar fuera la defensa a la soberanía nacional, que, en su informe de 100 días de gobierno, enfatizó, ante las amenazas que representa el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Nunca una sumisión de México ante Estados Unidos ha sido un mensaje contundente y que además tiene un respaldo unánime.
Todas estas y otras características de Claudia Sheinbaum como presidenta se reflejan en las cifras que se publicaron la semana pasada:
De acuerdo con la medición de El Heraldo y QM y HMG, 71% de los encuestados aprueba la gestión de la presidenta.
En el estudio de De las Heras, su aprobación llega a 80 por ciento.
En la encuesta de El Universal y Buendía & Márquez, el aval de los ciudadanos registró 77 por ciento.
Mientras tanto, la medición de la casa Enkoll para el diario español El País y la mexicana W Radio, registró 80% de aval de las y los ciudadanos.
El mensaje de este domingo, ante miles reunidos en el zócalo de la capital del país, por eso adquiere una dimensión de testimonio:
“Esperaban que fracasáramos… pues se van a quedar con las ganas…”