Los propios estudiantes que resultaron intoxicados en una fiesta de Halloween realizada en el Salón Country Club, fueron quienes introdujeron al lugar las bebidas alcohólicas presuntamente adulteradas, de acuerdo con una verificación realizada por personal de la DPRIS.
El Acta de Verificación Sanitaria número 22-PL-2100-10432-HV de la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (DPRIS), dependiente de la Secretaría de Salud del estado de Puebla, el cual revela que en el salón no hubo venta ni barra de bebidas.
No tubieron (sic) la venta de bebidas de ningún tipo, no hubo barra de bebidas alcohólicas, ni servicio de bar a los asistentes (…) los asistentes traían sus propias botellas y bebidas de alcohol, refrescos, cervezas y hielos”, se lee en el documento, publicado por el portal de noticias local e-consulta.
De acuerdo con la misma acta, a la fiesta de Halloween en el Salón Country Club, ubicado en la colonia San Manuel, asistieron alrededor de 3 mil personas, a las que “se les permitió la entrada de todo tipo de botellas de bebidas alcohólicas y no alcohólicas por parte de los encargados del evento”.
El evento, realizado el 4 de noviembre pasado, “fue organizado en redes sociales por la empresa ‘Cabritos Social Group’, el cual fue contratado por un grupo de escuelas de la BUAP y firmado el contrato por el C. Jorge Miguel, de 20 años”, revela el acta del DPRIS.
La empresa, de acuerdo con el mismo documento, contrató “los servicios de personal de seguridad y de dos ambulancias, el equipo de audio y varios DJ’s, y juego de luces para el evento”, y aunque hubo una revisión a la entrada, solo fue para verificar que los asistentes no llevaran armas de ningún tipo.
Se especifica que a los asistentes “se les permitió la entrada de todo tipo de bebidas alcohólicas”, teniendo como control la credencial de elector, y que en el lugar “se tubo (sic) la venta de alimentos como tacos al pastor, hot dogs, esquites, papas fritas, pepinos preparados”, en cuatro puntos de venta en carritos de comida a los que se les permitió el acceso.
Según el reporte del acta de la DPRIS, cuando los organizadores fueron informados de la situación acerca de jóvenes “con alto grado de alcohol y que se presentó al exterior del salón”, se solicitó la intervención del personal de ambulancias, el cual valoró a los jóvenes, sin detectar peligro para ninguno de ellos, por lo que “dejaron que los padres (de familia) se los llevaran”.
La versión concuerda con las declaraciones del secretario estatal de Salud, José Antonio Martínez García, el pasado 7 de noviembre, de que el día de la fiesta no hubo reporte de personas internadas por intoxicación alcohólica por parte de ningún hospital de la capital poblana.
Esta nueva versión de los hechos podría eximir de responsabilidad por lo ocurrido tanto al Salón Country Club como al Ayuntamiento de Puebla, a quien el gobernador Miguel Barbosa Huerta había reprochado no supervisar la organización no solo de esa fiesta, sino de eventos en general, de ese tipo, que se realizan en la ciudad.