Quedó formalmente instalada la “nueva” y “vieja” dirigencia del PRI.
El aire, por supuesto, huele a naftalina y a “viejos” jóvenes.
Xitlalic Ceja García y Lorenzo Rivera Nava integraron, finalmente, la única fórmula de “unidad”.
El Pacto del Toks funcionó.
Y es que el PRI puede perder todo, menos las formas.
Una fórmula, sin duda, avalada por el que manda en el estado.
No puede explicarse de otra manera, ambos tienen nexos muy fuertes con el gobernador Alejandro Armenta Mier.
Bueno, para ser más precisos: se conocen desde que Morena se llamaba PRI.
No hay mucho que hacer: el expartidazo en franca agonía, en los últimos estertores, aún da muestras de querer vivir.
Una hazaña que se antoja imposible.
La “nueva” dirigencia adolece de todas las “viejas” prácticas que dieron al traste con el que llegó a ser uno de los partidos más importantes durante más de 70 años.
Un récord que se antoja difícil de que se vuelva a repetir, aunque desde Morena a eso aspiren.
Las porras suenan tan repetitivas y los gritos tan faltos de alma: no hay emoción, solo sonidos guturales que afloran con nostalgia, la nostalgia del poder que se ha ido para no volver.
Y entre los invitados al registro de Xitlalic y Lorenzo, la nueva-vieja presidenta y el nuevo-viejo secretario general de lo que queda del tricolor, viejos conocidos, como Javier Casique, recién nombrado en un cargo nacional y ex presidente estatal que aún ronda el PRI de “Alito” Moreno.
Otro: Héctor Laug y su vieja historia de mapache electoral por todos conocida; el famosísimo “Pollo” que, a estas alturas, tiene más liderazgo que varios de los ahí reunidos.
Y esa sala de expresidentes, que parece más un obituario, de la que ya bajaron al traidor Néstor Camarillo y al propio Armenta Mier, y en la que aparece un tal Lázaro, solo que este no se ha levantado (y seguramente no lo hará).
También por ahí, a la gran cita del PRI, dos o tres regidores que nadie conoce y a nadie le interesa conocer; algunos representantes de la dirigencia nacional que absolutamente nadie ubica… Tres líderes de su casa, dos representantes de sendas organizaciones nacionalmente desconocidas, un representante de una religión que todavía no existe, un iluminado de la Sierra Norte y dos gurús de la nada.
Ese, no otro, es el PRI que ha “renovado” su dirigencia, con cuadros que son de sobra conocidos por sus mañas y a los que seguramente les tocará ser los sepultureros de lo que fue el expartidazo.
Los verdaderos cuadros del PRI ahora se reparten entre Movimiento Ciudadano y Morena.
Y aunque nadie lo crea, aún hay ausencias a destacar, en especial la de la diputada Delfina Pozos, víctima y victimaria de su berrinche por no ser considerada, así como el líder de la CNC y suplente de Néstor Camarillo, de cuyo nombre pocos se acuerdan.
¿Será que ya tienen un pie en Movimiento Ciudadano?
¿O acaso en el PAN?
¿Dónde quedaron esos “grandes” cuadros del PRI, como Lucero Saldaña, Blanca Alcalá y su hija Karina; dónde los liderazgos obreros, campesinos, populares…?
¿Tuvieron algo mejor qué hacer?
¿Andaban de compras navideñas en Angelópolis?
No había un solo presidente municipal de los que presumían.
¿No les dio permiso Néstor Camarillo?
¿Dónde quedaron los Giorganas, los Sierra, los Morales Flores, los Doger, los Soto…?
Hoy el salón de expresidentes quedó incluso muy grande para recibir a los invitados, sobraron espacios, y ni la tambora ni las ensayadas porras (“¡Arriba las mujeres chingonas!”) ni los gritos desesperados de simulado apoyo, lograron animar realmente a los priistas que suspiran con tiempos idos.
Sí. Hasta la banda de música que los recibió sonaba chafa, como una impostura, una falsificación de lo que fue, ya no es y nunca más será.
Hay que decirlo con todas sus letras: la que viene seguramente será la última elección de un partido que dominó durante más de siete décadas la escena política de México.
La Crónica del Fin.
Los muertos vivientes aún vagan entre la política poblana.
Son como las almas en pena que todavía no saben que están muertos.
Ojalá y ya, pronto, descansen en paz.
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Esta columna dejará de publicarse y reanudará en enero de 2026.




