El año cierra con tres nombres a la cabeza de las preferencias para que alguno de ellos sea el candidato de la 4T en la sucesión de la ciudad de Puebla, que es el cargo más importante que se disputará en los comicios de 2027. Por ahora, quien tiene más posibilidades –de acuerdo con las encuestas– de obtener la nominación es el actual alcalde de a capital, José Chedraui Budib. Muy pegada al primer lugar se encuentra la exedil Claudia Rivera Vivanco. En un tercer sitio, con un nivel alto de popularidad, está Gabriela Sánchez Saavedra, mejor conocida como “La Bonita” Sánchez, quien es parte del gabinete estatal y hasta ahora no ha manifestado ningún interés por ser aspirante a un cargo de elección popular.
Un cuarto nombre es el del diputado federal Alejandro Carvajal Hidalgo, quien aparece bien posicionado entre los militantes de la 4T, pero debido a que no ha definido si le interesa competir por la Presidencia Municipal de Puebla, su nombre no es muy mencionado entre aquellos electores que no tienen alguna pertenencia partidista.
Muy abajo en los estudios demoscópicos se ubica Laura Artemisa García Chávez, quien ha sido la más activa y la más adelantada en buscar la postulación, pero hasta ahora sus estrategias de comunicación no parecen ayudarla para crecer en el ánimo de la opinión pública.
El factor que no le favorece a García Chávez, por ahora, fue haber dejado la presidencia del Congreso local e incorporarse al cargo de secretaria del Bienestar en el Gobierno del estado. En su posición legislativa parecía tener una buena exposición mediática, sobre todo en la capital, pero ahora con su nueva encomienda ha perdido presencia frente al electorado.
Un nombre que habrá que seguir con especial atención –en los inicios de 2026– será el de José Luis García Parra, el coordinador del gabinete estatal, quien desplegó una campaña de promoción personal en este año, pero habrá que esperar una proyección más intensa en los siguientes meses.
Fuera de esos seis nombres, parece que nadie más podría subirse a la disputa por la candidatura de Morena a la alcaldía de la capital.
Quien busque realmente ser el abanderado de la 4T tendrá que avanzar de manera decisiva y significativa en los siguientes seis meses.
El que no logre en el primer semestre de 2026 obtener niveles altos de conocimiento, popularidad y de aspectos positivos en su desempeño público, quedará fuera de la definición de quien será el candidato o candidata, que podría ocurrir entre octubre y noviembre próximos.
Un factor que podría ser decisivo es el género de la candidatura que decida la cúpula nacional de Morena.
Algunos actores de Morena advierten que hay muchas posibilidades de que, en la próxima sucesión, se establezca la obligación de que la 4T debe postular a una mujer en la competencia por el gobierno de la capital, bajo la lógica de respetar el principio de paridad de género.
Las diferencias entre aspirantes
Las encuestas que se levantaron en el último trimestre del año que está cerca de fenecer, apuntan que quien lleva la delantera total para ganar la candidatura es el alcalde José Chedraui Budib, por ser el aspirante mejor conocido –por obvias razones de estar presente en los espacios diarios de la opinión pública–, con un buen nivel de aceptación por su carácter afable y porque logró transitar el primer año de su gobierno sin ningún escándalo de corrupción o abuso de autoridad.
A lo anterior, se debe agregar, que mantiene un factor que le fue muy favorable en la contienda de 2024: es un personaje que logra conectar con el electorado que no tiene muchas simpatías hacia la 4T.
Ahora, lo que podría ser su “Waterloo” el próximo año es lo que haga con las calles de la ciudad de Puebla, entre otros servicios públicos.
A lo largo de 2025 prometió en un par de ocasiones solucionar la crisis de baches en el municipio y no se avanzó lo suficiente. Persiste un fuerte malestar ciudadano por las terribles condiciones del asfalto.
Hasta el momento, el edil ha esquivado el enojo de la gente porque todavía le alcanza la explicación de que el problema se originó por la falta total de mantenimiento a la vía pública por parte del anterior alcalde panista, Adán Domínguez. Sin embargo, ese argumento ya se está agotando. Si José Chedraui no ofrece mejores resultados en los siguientes meses, la población le va a cobrar “la factura”.
Un encuestador hace unos días comentaba a este columnista: “hasta ahora en la 4T se esta subvalorando la crisis de los baches… si no la superan, el PAN les va a meter un fuerte susto en 2027, similar al que hubo en 2021 cuando Morena perdió la capital”.
En algunas encuestas ha sorprendido que les arroja una revaloración positiva de la exedil Claudia Rivera Vivanco, quien gobernó la capital de 2018 a 2021. Su nombre aparece muy pegado al de José Chedraui ante las preguntas de: ¿Quién le gustaría que sea el (la) candidato (a) de Morena? o ¿Quién cree que pudiera ser el (la) candidato (a)?
La explicación de ese crecimiento se debe mucho a la persistente discusión de que los candidatos de la 4T deben ser auténticos militantes o fundadores del movimiento obradorista, no los actores que provienen del PRI o que se sumaron a Morena en los últimos años.
En ese sentido, se ve a Claudia Rivera como una figura fuerte de identidad dentro de la 4T. Algo similar a lo que pasa con Alejandro Carvajal Hidalgo.
La diferencia entre Rivera Vivanco y Chedraui Budib son los aspectos negativos. Los factores de crítica contra Claudia Rivera son del doble a los que registra Chedraui Budib.
Un problema fuerte desde que Claudia Rivera perdió la reelección en 2021 frente al panista Eduardo Rivera Pérez, ya que llegó a la contienda con muy malas notas como presidenta municipal, cuyos resultados positivos había que “buscarlos con una lupa, porque no se veían a simple vista”.
A quien se debe ver con una alta expectativa es a Gabriela Sánchez Saavedra, “La Bonita Sánchez”, quien es la titular de la Secretaría de la Juventud y el Deporte.
Su popularidad como boxeadora, su imagen como una mujer que ha tenido que remontar adversidades para llegar a las posiciones actuales y por su carisma, la colocan en un nivel muy alto en las encuestas. Si empiezan a proyectarla como posible candidata, podría dar la sorpresa y colocarse al frente de la pugna por la postulación de Morena.
Tiene como positivos que no enfrenta cuestionamientos de ninguna clase, no se mete en líos, es una atleta activa y gusta su personalidad.
Sus negativos es que tiene cero experiencia en ocupar cargos o responsabilidades públicas. Y no ha tenido militancia política.




