Por su capacidad de brindar servicios de cómputo de alto rendimiento para la investigación científica, a través del Laboratorio Nacional de Supercómputo del Sureste de México (LNS), la BUAP se integra al consorcio de centros e instituciones de educación superior para construir la supercomputadora mexicana Coatlicue, la cual podría alcanzar una capacidad de 314 PetaFlops (314 mil billones de operaciones por segundo): siete veces más potente que Pegaso, la supercomputadora más grande de América Latina, ubicada en Brasil.
De esta manera, el LNS de la BUAP se consolida como un centro que apoya el desarrollo de la ciencia y la tecnología nacional.
Al respecto, el director General de Cómputo y Tecnologías de la Información y Comunicaciones (DCyTIC) de la BUAP, Marco Antonio de los Santos Landa, refirió que la institución colaborará en este proyecto nacional gracias a la innovación tecnológica del LNS, consolidado como un centro que apoya la ciencia nacional, al brindar servicios tecnológicos especializados en cómputo de alto rendimiento a científicos de instituciones y centros de investigación, públicos y privados, con una alta efectividad.
En la construcción de Coatlicue, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) se apoyará en las fortalezas e infraestructura de cada una de las instituciones. La BUAP contribuirá con su clúster Cuetlaxcoapan, el cual se conforma por procesadores Intel Xeon Haswell, con CentOS 6.6; 83 nodos de cálculo Thin (1992 núcleos), dos CPU de 12 cores y 128 GB RAM; 40 nodos de cálculo semi Fat (960 núcleos), dos CPU de 12 cores y 256 GB de RAM; y tres servidores de gestión (login, colas y aprovisionamiento).
Además, dispone de 240 TB de espacio total para almacenamiento en disco. Los nodos del clúster y el almacenamiento se encuentran interconectados P2P mediante una red Infiniband de 56 Gbps.
De acuerdo con el gobierno federal, Coatlicue será el nodo del Clúster Nacional de Supercómputo integrado por la BUAP, el IPN, la UNAM y las autónomas de Sonora, Guadalajara y Metropolitana, así como los centros de Investigación en Matemáticas (CIMAT), de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) y de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
La supercomputadora mexicana será pieza central para la ciencia climática, salud, agricultura, detección de anomalías fiscales, predicción hidrológica, anticipación de desastres naturales, procesamiento de imágenes de exploración petrolera, así como servicios de cálculo masivo y de investigación de frontera.
Este proyecto es liderado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) y consta de ocho etapas que se desarrollarán en 24 meses, a partir de enero de 2026: Planeación y modelo de gestión, Diseño conceptual y permisos, Ingeniería detallada y licitaciones, Obra civil y adecuaciones, Suministro y logística, Infraestructura e instalación, Pruebas y validación, así como Pruebas en marcha y operación.
Tecnología en constante actualización
Desde su creación en 2015, el LNS de la BUAP ha actualizado constantemente su plataforma tecnológica para atender proyectos que involucren el uso de inteligencia artificial, ciencia de datos, dispositivos semiconductores y análisis molecular.
Dispone de cinco clústers adquiridos en diferentes etapas: Cuetlaxcoapan, con procesadores Intel Xeon Haswell; Centepetl, con procesadores Intel Knights Landing MIC (Many Integrated Core); IBM Power9 (organizado en dos segmentos de tres equipos); Huapáctic; y, Leviatán.
“Dentro de los procesos de actualización y renovación tecnológica se han adquirido equipos de generación reciente, para el cálculo de procesos con necesidades de cómputo general de GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico), por ejemplo, equipos de IBM con tarjetas NVIDIA V100, Lenovo con tarjetas NVIDIA A100 y Lenovo con tarjetas NVIDIA L40”, informó Marco Antonio de los Santos Landa.
Estos equipos dieron pauta para albergar a un mayor número de proyectos que requerían este tipo de tecnología y fueron inscritos en las convocatorias nacionales y de consorcio (BUAP, UDLAP, INAOE y Universidad Autónoma de Chiapas), sin costo alguno para los investigadores que necesitan cómputo en la búsqueda de un nuevo fármaco, modelos de inteligencia artificial o análisis de imágenes.
El titular de la DCyTIC agregó que dicho crecimiento también se aprecia en sus adecuaciones de energía eléctrica, aire acondicionado, plantas de emergencia, aspectos de seguridad y espacio.
En una década, el LNS ha apoyado a más de 500 proyectos de diferentes áreas. Las de mayor demanda han sido Física Computacional de Materiales, Nanociencia, Astrofísica, Química y áreas afines. El promedio anual es de 50 a 70 proyectos que requieren los recursos de supercómputo, y se renuevan de 20 a 30. Recientemente, este centro incorporó el servicio de datos a instancias públicas y privadas, concretamente de virtualización.
EL LNS ha obtenido las certificaciones ISO 9001 y Nivel III en Centro de Datos por parte de International Computer Room Experts Association (ICREA), un Safety World Class Quality Assurance, el cual avala que posee capacidad para brindar servicio en el 99.9 por ciento de tiempo y sólo podría detener su operación como máximo 8.7 horas al año, por lo que está configurado para que todos sus componentes sean redundantes y reciban mantenimiento sin afectar la entrega del servicio.
En la actualidad busca certificarse en la norma ISO 37001, en su versión 2016, que especifica los requisitos para establecer, implementar, mantener y mejorar en un Sistema de Gestión Antisoborno.






