La dirigencia estatal de Morena en Puebla redujo drásticamente sus aspiraciones de afiliación: de la meta política de un millón de militantes con la que arrancaron el año, ahora admiten que la cifra real ante el Comité Ejecutivo Nacional será de apenas 552 mil para diciembre de 2025.
El contraste entre lo anunciado y lo oficialmente reconocido evidencia un retroceso que mina la credibilidad del partido y abre dudas sobre la solidez de su estrategia territorial en el estado.
Contradicciones en el discurso interno
Al corte de septiembre, la dirigencia reporta 400 mil registros validados, pero las cifras no son claras. Mientras Olga Lucía Romero Garci-Crespo asegura que el avance es significativo y que llegarán a la meta, el presidente del Consejo Estatal, Andrés Villegas, insiste en que el crecimiento ha sido lento y “sin prisa”, incluso dijo que llevan 360 mil registro.
Andrés Villegas Mendoza, presidente del Consejo Estatal de Morena en Puebla. Foto: Anel Esgua / EsImagen
Estas posturas contradictorias exhiben falta de coordinación y alimentan la percepción de que la campaña masiva de afiliación terminó convertida en un discurso más que en un logro tangible; además de una posible disputa interna en la cúpula morenista y hasta boicot del proceso de afiliación en el estado.
Señalamientos de irregularidades
El panorama se complica con las acusaciones del partido Pacto Social de Integración (PSI), que acusó a Morena de duplicar a más de 3 mil de sus militantes en los padrones. Aunque la dirigencia estatal rechazó los señalamientos, las dudas persisten y refuerzan la idea de que el proceso está lejos de ser transparente.
Con menos de la mitad de lo prometido, Morena en Puebla se perfila a llegar al próximo proceso electoral con un padrón limitado y cuestionado. Lo que en un inicio se presentó como una campaña histórica de afiliación terminó reducido a un objetivo menor, empañado por contradicciones, acusaciones y la percepción de fracaso.