El PRI deberá definir en las próximas semanas qué camino tomará rumbo al 2027 y 2030 con la elección del presidente o presidenta del Comité Directivo Estatal de Puebla.
Ya hay una lista de posibles aspirantes –ante la inesperada traición o renuncia del senador y dirigente, Néstor Camarillo–, por lo que habrá que hacer un breve repaso:
Delfina Pozos, diputada local y secretaria general, quien ha mantenido un discurso y una actitud congruente como oposición en el Congreso y en todo el estado.
Karina Romero Alcalá, quien está en la lista de los juniors de la política poblana y necesitaría del nombre y trayectoria de su mamá, Blanca Alcalá, para pelear por el cargo debido a que le falta trabajo propio.
Xitlalic Ceja, diputada federal y también una mujer congruente, pero con poca actividad local y ajena al discurso de oposición que tanta falta la hace al PRI.
Lorenzo Rivera Nava, exalcalde de Chignahuapan, sin embargo, pesa sobre él y su papá la sombra de la traición al PRI para apoyar a Morena en las recientes elecciones del 2024.
Rocío García Olmedo, de la vieja guardia del PRI, pero con cartas necesarias para aspirar al cargo.
Lucero Saldaña, la eterna aspirante a todos los cargos, entre ellos la gubernatura.
Y Jorge Eduardo Amador, dirigente municipal con aspiraciones, pero aún muy “verde” para este tipo de responsabilidades.
Así que, de la lista anterior, la mejor carta que tiene el PRI es Delfina Pozos.
La diputada local es, sin duda, la rival a vencer en el próximo proceso interno del tricolor.
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