Texto con palabras resaltadas:
La capacidad de negociación política y de financiar campañas electorales, fueron los factores que permitieron a la familia González Vieyra construir un férreo cacicazgo en el valle de Ciudad Serdán, que los llevó a controlar ocho ayuntamientos en diferentes momentos, pero también a adquirir impunidad. Siendo el periodo del morenovallismo en el cual el clan ganó más poder, debido a que fue en la etapa en que se les permitió brincar la ley y eso los acabó llevando a la situación actual en que están acusados penalmente de ser parte del crimen organizado, pues se sentían “intocables”.
Por ahora, parecería que la familia González Vieyra se encuentra en un camino sin retorno y de caída del imperio económico y criminal que establecieron entre los límites de Puebla y Veracruz, al estar siendo involucrados en los supuestos delitos de homicidio –de un agente de la Guardia Nacional y un militar–, de tráfico de mercancías robadas y de uso de armas de fuego que están prohibidas para la población civil.
Antes de esos, esta familia fue un factor de poder político–electoral, primero a favor del PRI, luego del morenovallismo y ahora buscaba insertarse en la 4T.
En su momento, fueron los grupos políticos de los exgobernadores Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres los que encumbraron al clan formado por Ramiro Margarito González Nava, junto con los hijos Uruviel, Giovanni y Ramiro González Vieyra, quienes todos han sido alcaldes en el Valle de Ciudad Serdán.
O también se puede ver al revés, la familia González Vieyra fue un factor importante de financiamiento –es lo que se dice en el ambiente político— de los proyectos que permitieron en su momento, a Melquiades Morales y Mario Marín, por separado, llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo bajo las siglas del PRI.
Siempre vinculados al PRI, la llegada del panista Rafael Moreno Valle al poder, a la gubernatura de Puebla, no les significó un retroceso político, sino al revés, fue cuando se afianzó la familia como un cacicazgo infranqueable.
No en balde fue Fernando Morales Martínez, el hijo del exgobernador Melquiades Morales Flores y en su momento operador del morenovallismo, quien en su calidad de dirigente del Partido Movimiento Ciudadano les permitió a los hermanos Uruviel, Giovanni y Ramiro González Vieyra obtener al mismo tiempo las candidaturas a alcaldes y los triunfos electorales en los municipios de Ciudad Serdán, Tlachichuca y San Nicolás Buenos Aires, respectivamente, en la última contienda electoral, la de 2024.
Todo empezó cuando la familia en cuestión se destacó por haber cerrado filas en torno al movimiento que, en el año 1998, le permitió al entonces senador Melquiades Morales Flores convertirse en el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla.
En reciprocidad, Morales Flores –por medio de su hermano Jesús Morales— “palomearon” la candidatura de Ramiro Margarito González Nava para que se convirtiera en alcalde de Tlachichuca.
Un sexenio más adelante, con la mediación del entonces poderoso secretario de Gobernación, Javier López Zavala, en el año 2007, Ramiro, quien es el hijo mayor de la familia González Vieyra, se convirtiera en edil de Tlachichuca y de esa manera dio continuidad al gobierno de su padre.
Con ello, se saldaba la deuda de las aportaciones económicas que la familia González Vieyra habría realizado a la campaña electoral de Mario Marín Torres, quien ganó la gubernatura en el año 2004.
Y en la misma dinámica, un sexenio más tarde, ahora se colocó el segundo de los hermanos, Uruviel, quien es visto como el líder del clan, al llegar también a la alcaldía de Tlachichuca, pero ahora con la venia del entonces mandatario panista Rafael Moreno Valle Rosas.
Uruviel González, acabando su gestión de edil, fue diputado local por el Partido Compromiso por Puebla, una fuerza política morenovallista. Para ese entonces, la familia en comento ya era parte de los activos políticos del grupo de Rafael Moreno Valle Rosas.
Fue en esa época, la del morenovallismo, cuando hubo varios excesos de la familia, como fue el hecho de que Uruviel González, cuando pidió licencia como alcalde de Tlachichuca para poder contender por una diputación local, dejó en su lugar a su mamá, lo que violaba la Ley Orgánica Municipal. Por obra y gracia del panismo de esa época, no pasó nada.
También fue “un secreto a voces” que las cuentas públicas del ayuntamiento de Tlachichuca, del padre y dos hermanos de la familia González Vieyra, “fueron arregladas” y quedaron en el olvido muchos pliegos de cargo.
Y por si fuera poco, por esos tiempos se evitó que se ejecutara una orden de aprehensión en contra de uno de los tres hermanos González Vieyra, bajo el manto protector del morenovallismo.
Por eso ahora el proyecto que tenían en manos los alcaldes de Ciudad Serdán, Tlachichuca y San Nicolás Buenos Aires era mudarse a la 4T, para dar otro salto que les diera supervivencia política e impunidad.
Empresa que se vio frustrada por el operativo militar que el viernes pasado detuvo a Uruviel y Giovanni González Vieyra, junto con su padre, y que tiene prófugo a Ramiro, el hermano mayor.