La familia González Vieyra lleva acumulados, por lo menos, el control de ocho ayuntamientos en el Valle de Ciudad Serdán, donde ha ejercido un férreo cacicazgo desde hace 27 años. El padre, la madre y los tres hijos han detentado el poder político y económico en esa región del estado de Puebla, crecieron a la sombra del PRI, tuvieron un breve coqueteo con el morenovallismo y recientemente se convirtieron en los activos más valiosos del Partido Movimiento Ciudadano (PMC). Sin embargo, sus ambiciones los habían planteado la imperiosa necesidad de mudarse a la 4T, razón por la cual ya estaban en el tránsito para ser parte de Morena.
Seguramente Morena lo va a negar, sobre todo ahora que el padre de la familia, Ramiro Margarito González Navarro, junto con sus hijos Uruviel y Giovanni González Vieyra, actuales ediles de Ciudad Serdán y Tlachichuca, respectivamente, fueron aprehendidos el viernes pasado por presuntamente ser parte del crimen organizado. Pero antes de eso, en la 4T ya había existido intentos de incorporarlos a sus filas, incluido al tercer hermano Ramiro, quien es presidente municipal de San Nicolás Buenos Aires y está prófugo.
El clan de los González Vieyra que, tiene como cabeza a Uruviel, el edil de Ciudad Serdán, antes de caer en desgracia ya operaban abiertamente a favor de la 4T.
Giovanni González, aunque se reeligió bajo las siglas del PMC en el cargo de edil de Tlachichuca en el proceso electoral de 2024, se comportaba como si fuera un alcalde morenista. Era un secreto a voces que cuando había necesidades de hacer movilizaciones de militantes y/o simpatizantes de la 4T, de cualquier parte del estado, desde el círculo político de este presidente municipal salían los financiamientos para rentar autobuses y pagar gasto de operación.
Mientras que Ramiro González, quien es el más problemático de los tres hermanos, pues ha enfrentado acusaciones de fraude y supuesta malversación de fondos públicos, era un ferviente operador político-electoral de Julio Miguel Huerta Gómez, el exsecretario de Gobernación –en dos gestiones de la 4T en el Poder Ejecutivo— y quien fuera aspirante a ser candidato morenista a gobernador de Puebla.
Ramiro González Vieyra fue uno de los encargados de convencer a alcaldes y otros caciques de la Sierra Norte de apoyar a Julio Huerta –por allá a principios de 2024– en sus fallidos deseos de ser candidato a gobernador, empresa que fracasó no por la falta de apoyos económicos y políticos, sino porque el exsecretario de Gobernación carece de carisma y de talento.
Y es que hay un aspecto fundamental para entender el poder de casi tres décadas del clan González Vieyra que es: su disposición a “regalar dinero”.
Desde hace muchos años, como si fuera parte del guion de la mítica película El Padrino, muchos habitantes de Ciudad Serdán, Tlachichuca y San Nicolás Buenos Aires han tomado algún turno para ir a ver a los miembros de la familia González Vieyra, principalmente a Uruviel, y pedirles algún tipo de ayuda económica.
La popularidad de ese núcleo familiar se debe a que han sido aportantes económicos para fiestas patronales, comités de padres de familia de diferentes escuelas, de grupos de peregrinaciones católicas, de equipos de futbol y mucha gente que ha acudido para resolver la falta de dinero para comprar recetas médicas, para organizar fiestas de 15 años o bodas.
Incluso se dice que se han pagado tratamientos de personas con problemas de alcoholismo o adicción a las drogas.
No se sabe de cuántos son los montos gastados por los González Vieyra y lo más importante: de dónde proviene el dinero.
Lo único que se sabe es que dicha familia ha ejercido el poder político en el Valle de Ciudad Serdán; mientras que, el poder económico lo han concentrado en el municipio de Paso del Macho, Veracruz, en donde han desarrollado los negocios de venta de camiones pesados de carga, abarrotes y camionetas usadas, además de controlar la producción de caña de azúcar, entre otros muchos asuntos económicos.
Se sabe que, al inicio del proceso electoral de 2024, hubo enviados de la 4T –que pertenecen al grupo en el poder en el estado de Puebla– que intentaron convencer a la familia González Vieyra de pasarse a Morena. Les ofrecieron las candidaturas morenistas para que Uruviel y Giovanni González se pudieran reelegir como alcaldes de Ciudad Serdán y Tlachichuca, respectivamente.
Todo indica que Uruviel habría exigido que en ese planteamiento se incluyera a su segundo hermano, a Ramiro, para que él compitiera en San Nicolás Buenos Aires, a lo que hubo una negativa de la 4T, por lo que fracasaron las negociaciones.
Quien entonces aprovechó la coyuntura fue Fernando Morales Martínez, el dirigente del PMC, quien si otorgó las tres candidaturas de Ciudad Serdán, Tlachichuca y San Nicolás Buenos Aires a los tres hermanos Uruviel, Giovanni y Ramiro, respectivamente.
Los tres ganaron por amplio margen, lo que constituye un acto de agravio a la democracia poblana entregar a un grupo caciquil el control de un trio de ayuntamientos. Siendo el artífice Fernando Morales, hijo del ex gobernador Melquiades Morales Flores, cuya familia es oriunda de la región de Ciudad Serdán.
No obstante, el respaldo del PMC, en la familia González Vieyra había interés de seguir ejerciendo el control político en la región luego de terminar el actual trienio y por eso, ya se había decidido que, en el mediano plazo, se mudarían a la 4T. Para que, de un día para otro, aparecieran con nuevas credenciales de Morena.
Los escándalos de la familia El nacimiento de cacicazgo de esta familia inició en 1998, cuando el padre, Ramiro Margarito González Nava, se convirtió en alcalde de Tlachichuca.
Le seguiría como edil de ese municipio su hijo mayor, Ramiro González Vieyra, quien fue alcalde entre los años 2008 y 2011. Su gestión se caracterizó por las dificultades para que le aprobaran sus cuentas públicas.
Tres años más tarde, luego de finalizar la gestión de Ramiro, el hermano de en medio, Uruviel González Vieyra, se convirtió en el tercer miembro de la familia en ser edil de Tlachichuca, cargo que ejerció de 2014 a 2018.
Un trienio más adelante, el hermano más chico, Giovanni González, se convirtió en el cuarto miembro del clan en detentar del mismo cargo de alcalde de Tlachichuca, en el periodo de 2021 a 2024. Y por si fuera poco, el año pasado se reeligió.
Ahí no termina todo, hay un quinto miembro de la familia que ejerció el poder político en Tlachichuca: se trata de Guadalupe Susana Vieyra, la madre de los hermanos González Vieyra.
La mujer sustituyó a su hijo en el último tramo del gobierno municipal de 2014 a 2018, debido a que Uruviel pidió licencia para irse de candidato a diputado local por el Partido Compromiso por Puebla, que era una fuerza política del morenovallismo.
Por obra y gracia del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas “no se tocó ni con el pétalo de una rosa” al grupo González Vieyra, al imponer de manera ilegal a Guadalupe Susana Vieyra como alcaldesa sustituta de su hijo, sin tener facultades legales para dicha suplencia.
Al acabar Uruviel González su encargo de legislador, ganó la alcaldía de Ciudad Serdán, en el periodo de 2021 a 2024, y se reeligió el año pasado, para que además coincidiera en gobernar con otros dos miembros de su prole: Ramiro y Giovanni.
Son muchos los escándalos que envuelven a ese grupo familiar, que van desde problemas con sus cuentas públicas o mal trato a regidores, hasta el abuso de que la mamá de la familia que gobernó Tlachichuca sin tener facultades legales para ello.
Se cuenta que en una ocasión supuestamente se iba a ejecutar una orden de aprehensión –por fraude— en contra de Ramiro, pero su hermano Uruviel, siendo autoridad municipal habría impedido que se llevara acabo el mandato judicial. Nadie se atrevió a proceder en su contra por el presunto delito de obstrucción de la justicia.
También hay dos muertes misteriosas al inicio de siglo. Una de ellas la del profesor Angelino Reyes García y la de un funcionario municipal. Nadie ha querido investigar, por el miedo a los cacicazgos de la región de Ciudad Serdán.