Para nadie es un secreto que la implementación del Sistema de Transporte Articulado, mejor cómodo como RUTA, nunca ha funcionado en forma correcta y ha constituido un negocio redondo para todos los que han operado el sistema. No se equivoca el gobernador Alejandro Armenta al señalarlo en su “mañanera” del día de ayer. El tema desde que fue implementado en la época del ex gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas, vaya que da mucho de qué hablar.
Sin embargo, ningún gobierno ha querido solucionar el asunto, porque tiene múltiples implicaciones y aristas. Desde la firma de cobro, la carga que representa para el estado, el subsidio que se otorga, la tarifa de 19 pesos, totalmente injusta, la falta de unidades, no se diga de las alimentadoras, el no contemplar el tema de la movilidad.
A inicios del mes de noviembre del 2010, tuve la enorme oportunidad de viajar a Colombia, invitado por ONG, para observar el sistema de transporte articulado en la capital de ese país, Bogotá y ciudades como Cali, Armenia y Pereyra. Por supuesto que el Transmilenio operado en Bogotá, nada tiene que ver con lo que tenemos en Puebla, el modelo colombiano e incluso el de Cali es muchas veces superior al de nuestra ciudad y eso que lo conocí hace 14 años.
De entrada el modelo hombre-camión, realmente fue sustituido por asociaciones de transportistas y no por empresarios, con lo que realmente se eliminó la “guerra de la Plata” y la sobre saturación de unidades de transporte que existía en Bogotá, complementado por un auténtico sistema de ciclovías, para alentar la movilidad a través del uso de la bicicleta, como ocurre en Ámsterdam, la capital de los Países Bajos, ciudad que también tengo el gusto de conocer y en donde el 80 por ciento de los viajes se hacen bici, pero también hay que reconocer que tiene condiciones muy diferentes a las de nuestro país, por eso el modelo ejemplo en Latinoamérica es Colombia y especialmente su capital Bogotá, que en ese tiempo, en el que viaje contaba con más de 9 millones de habitantes.
El sistema implementado en el país cafetero, reiteró, es por mucho mejor al que opera en la Ciudad de México, con verdaderas centrales de transferencia, corralones para limpieza de las unidades, interconexión de rutas para ahorro en traslados, puntos en cada central para poder tomar bicicletas rentadas, si así se desea, cámaras de video vigilancia en cada unidad, custodia en cada una de las paradas a cargo de jóvenes reclutas que hacen el servicio militar en Colombia, en fin.
Ojalá y que el gobernador Armenta ataque de manera integral el tema de la movilidad en la zona conurbada a Puebla, esto implica no sólo la modernización del sistema de transporte público en la capital y su zona conurbada, sino el contar con una verdadera “ciudad inteligente”.
Habrá que ver de qué manera se arregla el problema del Ruta, con todas sus implicaciones, porque es sin duda, otro de los grandes retos que va a enfrentar el nuevo mandatario poblano, en estos casi seis años que tiene por delante.
Las elecciones en las juntas auxiliares. Verdaderas batallas se vienen en los próximos días, sino en el resto de los municipios que existe en la entidad y que tiene sus juntas auxiliares, como las Cholulas, muchas de ellas ricas en tradiciones e historia, otras más grandes incluso que la cabecera del propio municipio como el caso de Francisco Javier Mina, mejor conocido como “Chipilo”, junta auxiliar de San Gregorio Atzompa o Santa Ana Xalmimilulco, la cual rivaliza con la cabecera, Huejotzingo.
Puebla capital, cuenta con 17 juntas auxiliares, cada una de ellas, cada día cobran mayor relevancia por el porcentaje de la población que vive en estos lugares.
De hecho, se estima que el 50 por ciento de la población de Puebla capital vive en una junta auxiliar, debido al crecimiento que ha tenido la Angelópolis, sobre todo de inicios de este siglo a la fecha.
La expansión y el crecimiento de la ciudad se ha dado hacia nuestras juntas auxiliares, con la complejidad que esto implica.
Poblaciones antes bucólicas como San Jerónimo Caleras, San Felipe Hueyotlipan, San Aparicio, La Resurrección y Canoa, al norte de la ciudad, se han convertido en verdaderos “focos rojos” en materia de seguridad, debido a su ubicación, entre ductos de Pemex y cercanas a las vías del ferrocarril, por el tema de la migración.
El sur de la ciudad con su problema de asentamientos irregulares y la especulación de la tierra es ya prácticamente, junto con algunas zonas del oriente, en donde aún puede haber asentamientos poblaciones, por la falta de tierra ya en la ciudad.
Todo esto va a confluir en la elección que se va a celebrar a finales de este mes, en donde otra vez se van a volver a ver las caras, viejos conocidos que apenas chocaron el pasado 2 de junio del 2024, Acción Nacional, que hasta octubre gobernó en la capital y Morena, quien hoy ostenta el poder en la ciudad de los Ángeles.
Los dados están ya echados, las juntas auxiliares son el primer round, rumbo a la elección a celebrarse en 2027.
Ilustración: Alejandro Medina