La contundente victoria de la planilla encabezada por Mario Riestra Piña en las elecciones internas por la dirigencia estatal del PAN Puebla es el resultado de una coalición amplia de grupos, hartos y decepcionados por el estilo y las formas con que actuó y se condujo el excandidato del partido a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez, y los dirigentes salientes del Comité Directivo Estatal.
Es, en suma, el colofón de la cerrazón y el mediocre desempeño de su segunda gestión como presidente municipal de la capital y de la falta de liderazgo, cohesión y empatía que tuvo la dirigencia de Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández ‘Tití’ hacia dentro y fuera del blanquiazul.
Del brazo de su compañera de fórmula, Genoveva Huerta Villegas, y su aliado estratégico Jorge Aguilar Chedraui, Mario Riestra se dedicó a sumar a todos los consejeros panistas que el grupo de Eduardo Rivera y Valentina Díaz de Rivera marginaron o excluyeron de posiciones al seno del partido y de candidaturas relevantes a cargos de elección popular.
Ese fue el mérito de Riestra y sus aliados: hablar con ellos, convencerlos de conformar un bloque opositor y generar la percepción de que si se unían podían ganar; y frenar las intentonas de la dirigencia estatal para habilitar a nuevos consejeros e inhabilitar a otros por faltas o porque perdieron o les robaron su credencial para votar.
Todas esas maniobras, sumadas a que Felipe Velázquez Gutiérrez y Rocío Sánchez de la Vega nunca se deslindaron de manera clara y contundente de Eduardo Rivera y de Tití, para dejar en claro que no serían como ellos, terminaron favoreciendo a la planilla opositora.
Esta, insisto, tuvo el mérito de sumar a consejeros que en algún momento fueron parte del Yunque, pero que terminaron distanciados de esta organización como Ángel Alonso Díaz Caneja, Roberto Grajales Espina, María Fabiola Ramírez Luna, Pablo Rodríguez Regordosa, Mónica Rodríguez Della Vecchia, Humberto Aguilar Coronado y Fernando López Rojas; de cachar a consejeros que aquellos minimizaron como Edmundo Tlatehui Percino, María Dolores Gabiño, Filomeno Sarmiento Torres, María del Rocío Aguilar Nava, Carolina Beauregard Martínez y Eulogio Salas Hernández; y de ir por aquellos cuadros regionales y presidentes de comités municipales alejados de la capital en la Mixteca, la Sierra Norte y la zona de Tehuacán.
Ahora el reto de Mario Riestra y Genoveva Huerta será cumplir lo que prometieron, la inclusión de los diferentes grupos y liderazgos, la integración de jóvenes y el reto de hacer del PAN Puebla un partido verdaderamente de oposición, que gane elecciones, con candidatos frescos y propuestas viables e innovadoras.
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No al fiscal carnal en Puebla
Por la premura con que los diputados locales de la Cuarta Transformación van a seleccionar el 20 de diciembre —es decir el viernes de esta semana— al nuevo titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), en sustitución de Gilberto Higuera Bernal, da la impresión de ya tener a la elegida, y que sólo se cubrirá el procedimiento legal y formal.
Digo elegida porque se asegura que la nueva fiscal será mujer y que ésta, aunque ha laborado en la entidad, no es poblana, sino de otro estado en el que incluso se ha desempeñado como penalista.
En su libro ‘Por Amor a Puebla. Propuestas para construir un mejor futuro’, Alejandro Armenta fue muy crítico de sus antecesores, desde Rafael Moreno Valle hasta Miguel Barbosa, por utilizar a la Fiscalía como brazo político.
“Los grandes casos de corrupción terminaron en absoluciones (…) En Puebla, contrario a otras entidades, la designación del fiscal sigue muy opaca. La lista de aspirantes a la fiscalía es cerrada, los aspirantes exponen sus programas ante el Congreso en una sesión exprés donde los cuestionamientos son menores (…). La academia, las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía están ausentes en el proceso de designación del fiscal poblano. (…) La designación del fiscal sigue siendo una imposición: el vínculo entre el fiscal y el Ejecutivo es innegable”.
En congruencia con las tesis de su libro, editado en junio de 2023 y con su tesis doctoral, el nombramiento del futuro o la futura fiscal tendría que efectuarse sin prisas y abriendo el nombramiento a las universidades y facultades de derecho, a los colegios, barras de abogados y los especialistas en el tema.
Por supuesto que una consulta de este tipo no puede organizarse ni desarrollarse en menos de cinco días, salvo insisto que ya esté seleccionada y solo se quieran cubrir las formas, pero no el fondo.
Son dos las candidatas que se mencionan: la magistrada expresidenta del Tribunal Electoral del Estado de Puebla, la licenciada, maestra en derecho penal y doctora en derecho electoral, Idamis Pastor Betancourt, oriunda del Estado de México, donde no hace mucho se desenvolvía como abogada penalista.
La otra es una antigua conocida de los poblanos y del gobernador Armenta, la priista Mercedes del Carmen Guillén Vicente, mejor conocida como ‘Paloma’.
La hermana del subcomandante Marcos fue esposa del operador electoral priísta José María Morfín Patraca, delegada del CEN PRI en Puebla y subsecretaria de Gobernación federal en el gobierno de Enrique Peña Nieto y jefa de Armenta cuando este fue director del Registro Nacional de Población (RENAPO).
Actualmente es diputada local del PRI en Tamaulipas, entidad en que se desempañó durante la campaña electoral de 2024 como presidenta del partido tricolor.
Por cierto, su hijo ya es parte del gobierno de Alejandro Armenta, como subsecretario de Seguridad Pública del estado.
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