Mal y de malas: el fin de semana Eduardo Rivera Pérez y sus secuaces recibieron un duro palo por parte de la Comisión Nacional de Procesos Internos (CNPI) del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
Y es que este órgano le dijo NO, definitivamente NO, a su intentona de bajar del padrón de consejeros estatales a 11 panistas afines a la fórmula Mario Riestra-Genoveva Huerta.
A iniciativa de Pablo Montiel -él fue el autor de la ideota-, el ex alcalde había mandado a su empleado Marcos Castro y a su títere, Felipe Velázquez, a presentar un recurso en contra de ese grupo de 11 bajo el argumento de que por no haber asistido a las sesiones ordinarias del Consejo Estatal, se les debía negar su derecho a votar en la asamblea del próximo 15 de diciembre.
La chicanada, propia del peor de los autócratas, no sólo no se sostenía, sino que exhibió el terror que el -todavía- dueño del PAN en Puebla le tiene a Mario Riestra-Genoveva Huerta y aliados, quienes ya han sumado a su causa a la mayoría de los integrantes de dicho Consejo Estatal.
La maniobra fue desechada por improcedente, contraria a los estatutos del PAN y aberrante. No procedió ni siquiera porque Ana Teresa Aranda, simpatizante del candidato de Eduardo Rivera para la dirigencia estatal, el títere Felipe Velázquez, encabeza la mencionada CNPI.
Horas antes de la resolución, que se conoció en las primeras horas del sábado, a través de sus redes sociales, uno de los consejeros estatales que Eduardo Rivera quiso rasurar, exhibió el tamaño de la triquiñuela.
“Me entero por los medios de comunicación de que, ante la desesperación por mantener el control de la dirigencia local, han decidido quitarnos el derecho a participar a varios consejeros estatales en el proceso de elección de la próxima dirigencia”, posteó Marco Porras Reyes.
Y añadió:
“Alegan supuestas faltas injustificadas. Esto es falso, aquí muestro un ejemplo de mi caso, en el que notifiqué a la dirigencia y pedí fuera debidamente justificada. Por lo menos que revisen su buzón de correo antes de seguirse exhibiendo. No a la manipulación del proceso”.
El mazazo del sábado por parte de la Comisión Nacional de Procesos Internos no quedó ahí.
Y es que también desechó su sucia maniobra para sembrar a dos consejeros adicionales: Celia Bonaga, diputada local y ex secretaria particular de Eduardo Rivera -en lugar del “diputado del amor” Marcos Castro- y Dolores Parra, también empleada del ex alcalde -para desplazar al ex edil de San Andrés Cholula Edmundo Tlatlehui como coordinador estatal de alcaldes del PAN-.
Con Bonaga y Parra, el desesperado Eduardo Rivera pretendía sumar otros dos votitos más a la cuenta del incoloro Felipe Velázquez.
Pero NO, le dijeron que NO.
Que el padrón de consejeros estatales se queda como está.
Es decir, como estaba al momento que se emitió la convocatoria para el proceso interno.
Y que NO proceden los mañosos cambios que quería que el CEN le avalara para evitar su derrota.
Una derrota que parece tan inminente, que ya en el equipo de Mario Riestra y Genoveva Huerta se han prendido las alertas, dado que todo parece indicar que la única alternativa de Eduardo Rivera para evitarlo será reventar -de cualquier forma- la asamblea a celebrarse el próximo domingo 15 de diciembre a las 10:00 horas, en las instalaciones del Hotel Holiday Inn Puebla Finsa.
Reventarla para que se anule el resultado y entonces intervenga el Comité Ejecutivo Nacional, el cual nombraría a un delegado o delegada -a fin al grupo de Eduardo Rivera- en tanto se convoca a una nueva sesión extraordinaria del Consejo Estatal, lo que puede llevar meses o años.
En ese escenario, Eduardo Rivera seguiría tomando todas las decisiones en el partido, como a la fecha.
La dirigencia del PAN Puebla se gana con la mitad más uno de los votos de los consejeros.
Eduardo Rivera ya exhibió su debilidad al impedir que el nuevo dirigente surgiera de una elección abierta a los militantes y ahora, al intentar modificar a la mala el padrón y eliminar a 11 consejeros que votarán a favor de Mario Riestra y Genoveva Huerta.
Al empleado de El Yunque ya no le alcanzan los números para imponer a Felipe Velázquez y seguir mandando tras bambalinas, usando a su antojo las millonarias prerrogativas (para 2025 el PAN va a recibir más de 59 millones de pesos de financiamiento público) y repartiendo las candidaturas plurinominales a sus familiares e incondicionales.
Pero no lo logró. El padrón de consejeros estatales se mantuvo y quedó integrado de la siguiente forma:
ACATZINGO
Hilda Leticia Salinas Hernández
ATLIXCO
Petriz Myriam Galindo
Angélica Patricia Hidalgo Elguea
Leonor Apolonia Popócatl Gutiérrez
Yamel Azucena Solano Briones
José Felipe Velázquez Gutiérrez
CHALCHICOMULA DE SESMA
Edgar Andrés Jiménez Bautista
CHIGNAHUAPAN
María Isabel Antonieta Romero Fuentes
CUATLANCINGO
José de Jesús Guillermo Cortés Rojas
Luz María Yvon Gutiérrez Vázquez
Marya Isabel Ramírez Escamilla
Filomeno Sarmiento Torres
CUETZALAN DEL PROGRESO
Juan Macías Aparicio
ESPERANZA
Blanca Estela Sánchez Rodríguez
HUACHINANGO
Pablo Arroyo Ortiz
Luis Manuel Silva Romero
Irving Vargas Ramírez
Kevin Vargas Ramírez
HUEJOTZINGO
Alelí Espinoza Guevara
IZÚCAR DE MATAMOROS
Ricardo Reyes Hidalgo
OCOYUCAN
Octavio Augusto Corvera Álvarez
PUEBLA
Amparo Acuña Figueroa
Marco Humberto Aguilar Coronado
María Mercedes Aguilar López
Pilar Aguilar Nájera
Guillermo Antonio Almazán Smith
Ángel Juan Alonso Díaz Caneja
María de Guadalupe Arrubarrena García
Carolina Beauregard Martínez
Carlos Bernardo Blanco Navarro
María del Carmen Blanco Navarro
Jonathan Calderón Gomezcházaro
Jorge Ricardo Cardoso Trujillo
Marcos Castro Martínez
María Cristina Chacón García
María del Rosario Contreras Lara
Susana Cruz Galicia
Juan Francisco Dávila Mora
Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández
Adán Domínguez Sánchez
Alejandra Escandón Torres
Juan Carlos Espina Von Roehrich
Olga Lidia Flores Gutiérrez
Nancy Edith Flores Sánchez
Cirilo Gallardo Cruz
Alejandro García Huerta
Pablo Fabián García Sifuentes
María de los Ángeles Garfias López
José Roberto Grajales Espina
Enrique Guevara Montiel
Rafael Guzmán Hernández
Fátima Hernández Manzanilla
Juan Carlos Rafael Hernández Ruiz
Manuel Herrera Rojas
María Fernanda Huerta López
Genoveva Huerta Villegas
Gabriel Oswaldo Jiménez López
Ana María Jiménez Ortiz
María Guadalupe Leal Rodríguez
Hilda Araceli Limón González
María Concepción Limón Muñoz
Hugo López Cosca
Fernando López Rojas
Hugo Martínez López
Miguel Méndez Gutiérrez
Pablo Montiel Solana
Carolina Morales García
María del Carmen Mota Quiroz
Carlos Enrique Pando Mejía
Marco Antonio Porras Reyes Alamina
María del Carmen Quiroz Preza
Alfredo Ramírez Barra
María Fabiola Ramírez Luna
Nelly Ramirez Zamario
Mario Gerardo Riestra Piña
Mónica Rodríguez Della Vecchia
Pablo Rodríguez Regordosa
Miriam Rojas Hernández
Verónica Sánchez Agis
José Sánchez Aguilar
Marvin Fernando Sarúr Hernández
Jonathan Edwin Soriano Jaime
Lizbeet Thome Andrade
Irma Tlacuahuac Zitlapopoca
Janet Miguelina Vargas Jarquín
María del Pilar Vargas Morán
Mario Vázquez Cantú
Sahíra Vereníce Vázquez Chavarría
Rafael Von Raesfeld Porras
SAN ANDRÉS CHOLULA
Ana Teresa Aranda Orozco
Francisco Antonio Fraile García
María Dolores Gabiño Salazar
Blanca Jiménez Castillo
Denisse Amanda Machorro Garzón
Edmundo Tlatehui Percino
SAN MARTÍN TEXMELUCAN
Javier Antonio Franco López
SAN PEDRO CHOLULA
Jorge Gómez Carranco
Alejandro Gómez López
TECALI DE HERRERA
Osvaldo Solano González
TEHUACÁN
Miguel Abad Carrillo
María de las Mercedes Bulas Montoro
René Lezama Aradillas
Jesús Yolanda Rodríguez
Verónica María Sobrado Rodríguez
TEHUITZINGO
María del Rocío Aguilar Nava
TEOPANTLÁN
Atanacio Pérez Cañete
Miguel Angel Pérez Liberato
TEPATLAXCO DE HIDALGO
Mariana Juárez Flores
TEPEACA
Roberto González Mota
María Isabel Pérez Rojas
TEZIUTLÁN
Jaime Macip Gelly
César Rodrigo Toledano Hernández
TIANGUISMANALCO
Jorge Javier Zambrano Morales
ZAPOTITLÁN
Eulogio Salas Hernández
En sus manos está el futuro del PAN en Puebla.
Un partido en decadencia, ruinoso, dividido, que sin Rafael Moreno Valle, un ex priista, regresó automáticamente a su diminuto tamaño original.
Un partido perdedor, simulador y corrompido, que el próximo 15 de diciembre deberá optar no por el mejor de los candidatos a la dirigencia estatal, sino por el menos malo de entre Mario Riestra y Felipe Velázquez -aunque esa, es otra historia-.