Originalmente, esta columna estaba programada para ser escrita el 12 de diciembre, pero las declaraciones de doña Rosario Orozco, viuda del exgobernador Miguel Barbosa, hacen obligatorio recapitular los acontecimientos que se sucedieron después de la muerte del exmandatario y que derivaron en el ascenso de Sergio Salomón Céspedes.
El 12 de diciembre de 2022, Miguel Barbosa tenía programado estar presente en al relanzamiento del Museo Internacional del Barroco de Puebla, la ceremonia estaba programada para las 18:00 horas de ese día, pero el entonces mandatario ya no acudió al evento, su estado de salud ya era grave debido a la diabetes que padecía.
Al día siguiente, desde las 10:00 de la mañana circulaban ya rumores, de que el entonces gobernador se encontraba grave, que había sufrido un infarto cerebral y que era trasladado en helicóptero al hospital Rafael Moreno Valle.
A las 12:00 se rumoraba que el entonces gobernador había muerto, pero que aun así su familia hacía esfuerzos y que sería trasladado a la Ciudad de México para su atención.
La mayor parte de los medios de comunicación de Puebla habíamos sido convocados a una comida con motivo de la Navidad y el fin de año a Casa Puebla, la cita era a las 15:00 horas, por lo que muchos que íbamos en camino nos enteramos por Joaquín López-Dóriga, y más tarde por un tuit del periodista Rodolfo Ruiz Rodríguez, que Barbosa había sido declarado oficialmente muerto.
Al llegar a Casa Puebla, el ambiente era de un auténtico funeral, caras tristes; incluso, algunos funcionarios ya vestían de negro. Yo platiqué con Olivia Salomón y con Bety Manrique, quienes ya se encontraban en ese lugar.
Alrededor de las 15:10 horas, la entonces directora de Comunicación Social, Verónica Vélez, con lágrimas en los ojos, anunció, de manera oficial, la muerte de Miguel Barbosa.
A partir de este momento se sucedió una serie de acontecimientos que iban a cambiar las cosas en Puebla; incluso, a influir en el desenlace de sucesión gubernamental y en donde jugó un rol primordial el entonces diputado local del PRI Jorge Estefan Chidiac, quien es clave en toda esta trama.
El contexto es muy importante para entender lo que sucedió tras la muerte del entonces gobernador.
Desde la Ciudad de México, el entonces diputado Ignacio Mier comenzó a ver una oportunidad para hacerse del control de Puebla, tenía una muy mala relación con el difunto Barbosa, quien ya había metido a la cárcel al socio de Nacho en el periódico Cambio, Arturo Rueda.
La muerte de Miguel fue vista como una oportunidad para Nacho y su grupo, quienes, a través del entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, impulsaron la postulación de Fernando Manzanilla como gobernador suplente, para los dos años que aún quedaban por delante a la administración estatal.
Manzanilla era el coordinador de la campaña de Nacho y su avanzada para hacerse de la gubernatura en el 2024. Si Manzanilla era el gobernador suplente, la lógica indicaba que desde Casa Aguayo le abriría la puerta a Mier para ser su sucesor.
Ignacio Mier, en su papel de coordinador de los diputados federales de Morena y coordinador de la Cámara baja, operó con su amigo Adán Augusto la llegada de Fernando Manzanilla como gobernador suplente y lo “planchó”, con los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés, y del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, con quienes mantenía acuerdos para darle indicaciones a la bancada de ambos partidos en el Congreso local de que el “bueno” era Manzanilla. Todo esto, durante las horas que sucedieron a la muerte de Miguel Barbosa y las primeras del día 14.
Paradójicamente, es “Alito” quien alerta a Jorge Estefan de que Manzanilla será el nuevo gobernador suplente de Puebla y esto enciende los “focos rojos” del legislador poblano, quien tiene una rivalidad a muerte con Ignacio Mier, por el tema ya relatado del intento de chantaje que realizó Arturo Rueda en su contra para no publicar las grabaciones entre Estefan y Emilio Gamboa, cuando ambos estaban en San Lázaro.
Estefan sabía que corría un grave riesgo si Nacho colocaba a Manzanilla como gobernador suplente, porque entonces el siguiente mandatario sería Mier; por lo que operó rápidamente para impedir a toda costa que se diera esta designación desde la Ciudad de México.
Doña Rosario Orozco y el entonces presidente del Consejo de la Judicatura y extitular de la Consejería Jurídica, Carlos Palafox Galeana, se reunieron con Julio Huerta para saber qué procedía luego de la muerte de Miguel Barbosa; en tanto, la entonces secretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill, se hacía cargo de manera momentánea de la gubernatura del estado y soñaba con quedarse como mandataria por dos años.
El brillante Carlos Palafox fue quien le detalló a Rosario Orozco, Julio Huerta y a Sergio Salomón Céspedes que era el Congreso local el que estaba facultado para designar al nuevo gobernador suplente de Puebla, todo esto, durante las primeras horas del día 14 de diciembre.
Palafox les delineó la ruta para evitar que impugnaran la designación del nuevo gobernador sustituto.
Durante las exequias de Miguel Barbosa, su viuda, Rosario Orozco, habló con el entonces presidente, López Obrador, quien había acudido al sepelio, para explorar la posibilidad de ser la sucesora; incluso, el exmandatario había dado su visto bueno, pero al final, los factores de que la 4T estaba en contra de que se heredara el poder, prevalecieron.
Céspedes y Estefan reunieron a todos y cada uno de los 41 diputados locales para cerrar filas en torno a la figura del hoy mandatario y desacatar las indicaciones que, desde la Ciudad de México, les habían enviado Adán Augusto López, “Alito” Moreno y Marko Cortés para designar a Fernando Manzanilla.
Estefan apagó su celular e instruyó a los demás legisladores a hacer lo mismo, mientras se encontraban en Casa Aguayo, todos obedecieron a excepción del panista Rafael Micalco, el único que se mantuvo en contacto con Marko Cortés, su amigo y jefe.
Para conseguir la unanimidad, se dice y eso no me consta, que cada diputado negoció con Jorge Estefan, algunos, dinero, se habla de montos de 4 a 5 millones de pesos, otros favores y otras candidaturas que se vieron reflejadas en el 2024.
El 14 de diciembre, al filo de las 22:00 horas, un amigo diputado local se comunicó con quien esto escribe, para informarme que había “humo blanco” y que el Congreso designaría a Sergio Salomón Céspedes como gobernador sustituto de Puebla.
Cabe señalar que todo el protocolo jurídico y blindaje de la designación fue supervisada por Carlos Palafox Galeana, quien apremió a los integrantes de la Legislatura local para celebrar la sesión en donde Sergio Salomón Céspedes fue designado gobernador de Puebla, desacatando los acuerdos nacionales que se habían celebrado en Bucareli y que favorecían a Fernando Manzanilla y a Ignacio Mier, quien ese día perdió también la candidatura al Gobierno del estado.