Aunque la intención del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y el Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN era llevar a cabo el proceso de renovación de la dirigencia estatal a más tardar en diciembre, no descarte que la elección se alargue hasta enero.
De hecho, la dirigencia nacional aún no termina de revisar la documentación enviada por el comité estatal, donde 96 de los 113 comités municipales se pronunciaron porque en la renovación del CDE se aplique el método extraordinario, es decir, la elección indirecta a través de consejeros estatales.
La revisión se ha demorado por el cambio en el CEN panista por la salida de Marko Cortés Mendoza y su equipo, y la llegada de Jorge Romero Herrera y sus colaboradores.
Para que la Comisión Permanente Estatal del PAN pueda aprobar la convocatoria, con las reglas del proceso interno, comenzando por el registro de planillas, necesita el visto bueno del CEN.
Si éste no llega a más tardar el viernes, sino a mediados o finales de la siguiente semana, lo más probable es los tiempos se compliquen para que la elección pueda celebrarse en la segunda quincena de diciembre, cuando las posadas, los brindis de fin de año y los festejos por la Navidad y el Año Nuevo estarán en su apogeo.
Por eso le decía que la renovación del CDE del PAN podría irse hasta enero del año entrante, aunque la intención sigue siendo hacerla a más tardar el domingo 15 de diciembre.
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El grupo de la diputada federal Genoveva Huerta Villegas se mantiene como el fiel de la balanza en el proceso de renovación del Comité Directivo Estatal del PAN.
Y es que sus 18 o 20 consejeros estatales le asegurarían un triunfo contundente al candidato del grupo dominante, Felipe Velázquez Gutiérrez, o le complicarían la elección si decidieran aliarse con Mario Riestra Piña y éste consiguiera el respaldo de otros 30 consejeros estatales.
Por supuesto que eso lo sabe mejor que nadie Genoveva Huerta, por lo que optado por estirar la liga y decantarse hasta el último momento para ver quién le da más: si el grupo de Eduardo Rivera Pérez y Felipe Velázquez, o el grupo de Mario Riestra y aliados.
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En el suministro de agua potable hay deficiencias pero estaríamos peor sin Agua de Puebla
Varías cuestiones quedaron claras en la comparecencia del director del Soapap, Gustavo Gaytán Alcaraz, y del director de Agua de Puebla, Héctor Durán Díaz, ante los diputados de la Comisión de Hacienda y Patrimonio del Congreso del estado.
La primera es que no hay elementos, ni causas para revertir la concesión otorgada a Agua de Puebla, que si bien hay deficiencias en el servicio y suministro del vital líquido, la concesionaria ha cumplido con la inversión ofrecida —que asciende a 3 mil 638 millones de pesos en 10 años, equivalente al 94.6% de lo programado a diciembre de 2024—, y que el Soapap sí supervisa, sí audita y si presiona a la empresa dirigida por Héctor Durán.
Otra cosa que también quedó clara en la comparencia es que el verdadero problema del suministro de agua y su saneamiento en Puebla capital y otros municipios conurbados no está en los pozos, potabilizadoras, líneas de conducción y la red de distribución, ni en las redes de drenaje y colectores a cargo de Agua de Puebla, sino en aquellos y aquellas que están fuera de su jurisdicción y que operan comités vecinales o particulares sin ninguna normatividad y supervisión.
En suma, que con Agua de Puebla hay deficiencias y cosas por atender, como el suministro de agua al menos 4 días a la semana, pero que se está invirtiendo en infraestructura hidráulica como desde hace 20 años no sucedía.
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