La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH Puebla) parece haberse convertido en un barco a la deriva.
Sin rumbo claro, ni compromiso con los valores que debería proteger.
La institución, que debería ser un pilar para la defensa y promoción de los derechos humanos en el estado, enfrenta:
Críticas por su inacción.
Falta de transparencia.
Y una aparente indiferencia ante situaciones críticas.
Esto ha llevado a que muchos se pregunten:
¿La CDH realmente vela por los derechos humanos?
¿O se ha convertido en un órgano vacío, alejado de la realidad?
Pese a algunos escenarios como abusos de autoridad y violencia de género, hasta el aumento de la represión en las protestas sociales.
La respuesta de la CDH ha sido tibia y, en muchos casos, prácticamente nula.
Dicen los que saben que la CDH no puede ni debe permanecer impasible ante las problemáticas que exigen atención inmediata.
De ahí que el cambio de titular en la CDH debe ser urgente.
Y necesidad de un nuevo responsable con experiencia y con ganas de trabajar.
El perfil de quien debe asumir esta posición no es un tema menor.
Puebla necesita un defensor o defensora de derechos humanos con experiencia comprobada y, sobre todo, compromiso con la sociedad y autonomía frente a intereses políticos.
No se trata solo de un reemplazo.
Se necesita una persona con el coraje y la visión de implementar una agenda progresiva y con resultados claros.
En fin.
No olvidemos que Puebla merece un organismo que se gane la confianza de sus ciudadanos con acciones que protejan, defiendan y promuevan sus derechos en todo momento, sin favoritismos ni omisiones ¿O no?
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