Un municipio al cual hay que seguir con mucha atención es Acajete, localizado muy cerca de Tepeaca y Acatzingo, dos localidades que hoy en Puebla son epicentro del poder, por provenir de estos lugares, el actual gobernador, Sergio Salomón y quien será el nuevo mandatario, Alejandro Armenta.
Acajete es un municipio poco observado en el mapa político de Puebla, sin embargo, cuando inicie la próxima administración, tendrá mucha relevancia.
Sucede que desde el periodo 2018-2021 y ahora 2021-2024, un grupo se ha enquistado en el poder, manejando a su antojo la obra pública de este lugar, el cual se ha convertido en una verdadero “cochinero”, con la complicidad del Congreso del Estado y la Auditoría Superior, la cual se ha hecho de la “vista gorda”, en materia de fiscalización.
Durante el periodo 2018-2021, Acajete fue gobernado por Roberto Ramírez Cervantes, quien, en 2021, le asignó una obra por un millón 700 mil pesos, para lo cual utilizó una fundación formada por él, cuando era candidato a la alcaldía.
Se trata de la Fundación “Acajete Unido por Impulsando el Desarrollo AC”, la cual se encargó de llevar a cabo las obras de adoquinamiento de las calles, Ignacio Comonfort, entre 5 de mayo y Francisco González Bocanegra de santa Isabel Tepetzala, como consta en el folio PUE180401498499. La información está disponible para consulta en el portal de la Ley General de Contabilidad Gubernamental del Estado de Puebla.
Los recursos eran provenientes del Fondo de Fortalecimiento Municipal (Fortaseg), sin embargo, lo más interesante es que la obra ya se había ejecutado en 2017, como una supuesta donación a la asociación que en ese entonces era presidida por Antonio Aguilar, quien después dejó la presidencia en manos de Roberto Ramírez, quien ya se perfilaba para ser el candidato de Morena a la alcaldía de este lugar.
Las anomalías en al manejo de la obra pública de este municipio fue la constante durante esta administración y la subsecuente, encabezada por David Meléndez López, quien pertenece al mismo círculo del anterior edil, el grupo Acajete, el cual repito, se apresta a tener una muy importante representación en la próxima administración.
La administración de Meléndez López, no solo se ha caracterizado por seguir con las anomalías en el manejo de la obra pública, sino también por dejar crecer a la delincuencia en esta localidad, aunque el edil, gusta de presumir que ya eliminó el robo de combustible en esta zona.
Cabe señalar que, los pobladores de este municipio, en su desesperación, ante el embate de los delincuentes, han linchado a presuntos delincuentes, como ocurrió en la junta auxiliar de San Antonio Tlacamilco, el pasado 25 de junio de este año.
Acajete parece un pueblo sacado de la Ley de Herodes y es que este mismo personaje, su presidente municipal, David Meléndez López, violó la ley el 15 de septiembre de 2022, cuando en su primer grito como presidente municipal de este lugar, apareció en el balcón de palacio, portando la banda presidencial, debajo de su saco negro, lo cual está prohibido y regulado dentro de la Ley sobre el escudo, la bandera y el himno nacional.
El ex presidente municipal, Roberto Ramírez Cervantes, se dice es muy cercano a personajes que formarán parte de la próxima administración e incluso, pese a sus antecedentes, tendrá un cargo en el gobierno estatal, al menos eso dicen.
Sin embargo, lo más preocupante, es la forma en que estas dos administraciones municipales, han manejado los recursos en materia de obra pública durante sus respectivos trienios y es que dicen contra con protección al más alto nivel. ¿Será?
Para mala fortuna de este grupo, de manera inesperada un personaje ajeno a los intereses de este equipo, Antonio Aguilar Reyes, ganó la candidatura de Morena en Acajete y también la elección del pasado 2 de junio, por lo cual tiene muy nerviosos tanto a Roberto Ramírez, como al actual edil, David Meléndez, quienes ya pusieron al tanto de todo a su protector en busca de impunidad.